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En esta pareja, hallada hace poco por el numerólogo Jorg
Richstein, uno de los dos sumandos es de 4 dígitos, mientras que
el otro tiene 15 y ambos son primos.
CHRISTIAN GOLDBACH
Matemático originario de Prusia (1690-
1764), residió la mayor parte de su vida
en Rusia y trabajó como cazatalentos
para la Academia de San Petersburgo,
donde también desempeñó el cargo de
secretario. Amigo de Leibniz, Abraham
de Moivre, Nicolaus Bernoulli (y otros
miembros de su distinguida familia) y
Euler, apoyó fuertemente la candidatu-
ra de este a un puesto en la academ ia
y fue un elemento determinante en su
viaje a Rusia . Llegó a ejercer la tutoría
del zarevich Pedro 11 y desempeñó altos
puestos en el ministerio ruso de asuntos
exteriores, donde trabajó como criptó-
grafo. Dedicó sus esfuerzos profesiona-
les a muchos ámbitos y legó algún resultado perdurable en el campo de las
series, sobre todo trabajando en colaboración con Euler. La personalidad de
este último parece haberlo estimulado de un modo especial; pocos conocen,
por ejemplo, que Goldbach, seguramente no capacitado para resolverlo, fue
quien interesó a Euler por el problema de Basilea, cuya solución haría a este
famoso. La correspondencia entre Euler y Goldbach, extensa y repleta de ma-
temáticas, llega casi a las 200 cartas. El aprecio que Euler sentía por Goldbach
queda de manifiesto al elegirlo padrino de su hijo primogénito.
Influencia de la conjetura de Goldbach
Actualmente, Goldbach es recordado no por sus teoremas, sino por la conjetu-
ra que lleva su nombre. En 1992, apareció la novela El tío Petras y la conjetura
de Goldbach, de Apostolos Doxiadis; el editor Faber and Faber ofreció un
premio de un millón de dólares, válido por dos años, a todo el que encontrara
una solución. Con toda probabilidad sabía que no iba a recibir respuesta.
La conjetura, hasta ahora, solo se ha probado en la ficción; en una película
española, La habitación de Fermat, dirigida, en 2007, por Luis Piedrahita y
Rodrigo Sopeña.
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