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se arremolinaban creando infinidad de «mundos» con sus dioses
                     incluidos. Tampoco el alma se escaparía al imperio del átomo
                     al estar constituida por átomos sutiles. A lo largo de la historia,
                     científicos destacados,  como Galileo y  Newton,  defendieron el
                     atomismo, lo cual supuso un gran impulso a la difusión de esta
                     corriente. Sin embargo, su anclaje en la realidad brillaba por su
                     ausencia. Se carecía del peso de la prueba para que.pudiera impo-
                     nerse sin ambages a otras concepciones filosóficas. En la primera
                     edición de la Enciclopedia Británica ( entre 1768 y 1771 ),  en la







               EPICURO Y  EL CLINAMEN

               Epicuro (341-270  a.C.)  fue  un  filósofo
               griego nacido en Samos. Hijo de atenien-
               ses, acabó fundando en Atenas el Jardín,
               un  lugar retirado destinado a cultivar el
               conocimiento y  la  amistad.  Epicuro si-
               tuaba el  placer -que entendía  de ma-
               nera  muy semejante al  ascetismo- en
               el  centro de la  vida humana. Se dedicó
               a combatir los temores humanos, como
               el  temor a la  muerte, mostrando que se
               trataba de temores fundados en creen-
               cias erróneas. Para  Epicuro, el  número
               de átomos tenía que ser infinito (al igual
               que el  universo). Los átomos eran eter-
               nos, indivisibles e inmutables, y estaban
               dotados de forma, extensión y  peso. El
               atomismo conduce a  una  concepción
               mecanicista del universo donde parece
               que no hay lugar para el  libre albedrío.
               Para  salvaguardar esta noción, Epicuro
               se  vio obligado a  introducir la  idea  de   Grabado de Epicuro en la edición
               clinamen,  que sería  como una  desvia-  de Historia de la filosofía, de Thomas
                                                 Stanley (1655).
               ción azarosa de los átomos. Gracias al
               clinamen, Epicuro podía introducir en  el
               universo un cierto grado de incertidumbre,  lo que le  permitía conciliar estas
               nociones con el  libre albedrío.









         26          EL DESCUBRIMIENTO DEL NÚCLEO ATÓMICO
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