Page 51 - 29 Lavoisier
P. 51
ticipando la importancia de estos experimentos, pero no atrevién-
dose a hacer pública la explicación de los mismos, depositó una
nota sellada en la Academia el 1 de noviembre de 1772 en la que
detallaba sus conclusiones:
Este incremento de peso proviene de la prodigiosa cantidad de aire
que es fijado durante la combustión y que se combina con los vapo-
res. Lo que sucede al azufre y al fósforo me lleva a pensar que lo
observado en la combustión de estos elementos puede suceder en
la mayor parte de las sustancias: que ganen peso en la combustión
o en la calcinación. Estoy convencido de que el incremento de peso
cuando se forman las cales metálicas se debe a la misma causa. Los
experimentos me han llevado a la misma conclusión: calentando el
litargirio en una vasija cerrada con el aparato de Hales he observado
que cuando la cal se transforma en metal se desprende una gran
cantidad de aire y que este aire ocupa un volumen 750 veces mayor
que la cantidad de litargirio empleado.
Esta fue la primera descripción acertada del proceso de com-
bustión. Fue una auténtica revolución, pues no se hacía uso de la
teoría aceptada por todos los químicos europeos durante más de
cincuenta años, la teoría del fl.ogisto. También se señalaban las
diferencias entre el denominado «aire fijo» (C0 ), desprendido en
2
la reducción del litargirio con carbón, y el «aire común» (0 + N ).
2 2
Según Hales eran la misma sustancia, mientras que según otros
científicos los dos «aires» presentaban características muy distin-
tas, pues mientras que el «aire común» era imprescindible para
la vida, el «aire fijo» mataba a los animales que lo respiraban y
extinguía la llama.
En febrero de 1773 Lavoisier comenzó un nuevo cuaderno de
laboratorio con un plan de trabajo que pretendía acometer el estu-
dio de la química neumática y refutar o confirmar definitivamente
la teoría del fl.ogisto. Pero su objetivo real era aún más ambicioso.
Los resultados de los experimentos que había realizado lo lleva-
ron a plantearse la necesidad de reformular la química tal y como
se conocía entonces, o dicho con sus propias palabras, «ocasionar
una revolución en la física y en la química».
EL OXIGENO VENCE AL FLOGISTO 51