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la teoría de conjuntos, ya que muchas de las exposiciones que allí
                    se hicieron trataron sobre aplicaciones de los conceptos conjun-
                    tistas, principalmente al cálculo.


         «¿Quién de nosotros no se alegraría de levantar el velo tras
         el que se oculta el futuro, de echar una mirada a los próximos
         avances de nuestra ciencia y a los secretos de su desarrollo
         durante los siglos futuros?»

         -  PRIMERAS  PALABRAS  DE  LA  CONFERENCIA  DE  HlLBERT EN  EL  SEGUNDO  CONGRESO  INTERNACIONAL
           DE  MATEMÁTICAS.

                        Pero  en las  conversaciones  que  los  asistentes mantenían
                    entre sesión y sesión aparecía repetidamente una cuestión muy
                    perturbadora ...  nada menos que  el descubrimiento de una pa-
                    radoja en la teoría de conjuntos. En efecto, en marzo de 1897,
                    en el boletín del Círculo Matemático de Palermo, el matemático
                    italiano Cesare Burali-Forti había publicado un artículo titulado
                    «Una cuestión sobre números transfinitos» en el que redescubría
                    la paradoja de los ordinales que comentamos más arriba. Dado
                    que en 1883 Cantor no había formulado claramente la paradoja,
                    y esta tomó notoriedad solo a partir del trabajo de Burali-Forti,
                    hoy en día a esta contradicción en la teoría de los ordinales se la
                    conoce como la «paradoja de Burali-Forti» y así la llamaremos
                    también nosotros. Es interesante mencionar, además, que el pro-
                    pio Burali-Forti estuvo presente en el congreso y que presentó
                    allí una ponencia, aunque no sobre el tema de los ordinales, sino
                    sobre una cuestión de geometría.
                        Hilbert, gran defensor de la te01ia de conjuntos, quedó muy
                    preocupado por la aparición de esta paradoja, y a partir de 1897
                    mantuvo  una intensa correspondencia con  Cantor acerca de
                    este tema. Durante este intercambio, Cantor volvió a exponer su
                    convicción de que todas las paradojas de la teoría de conjuntos
                    pueden evitarse haciendo la distinción entre lo transfinito y lo ab-
                    soluto, aunque en esas cartas Cantor ya no utilizaba esas palabras,
                    sino que hablaba de conjuntos «accesibles» e «inaccesibles» (a
                    veces también de conjuntos «consistentes» e «inconsistentes»).






         150        LAS PARADOJAS DEL INFINITO
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