Page 152 - 30 Cantor
P. 152

en la conferencia inaugural del Segundo Congreso Internacional de
                   Matemáticas de 1900 y que habla de su íntima convicción de que no
                    existen problemas matemáticos inaccesibles.
                       Pero la interesante discusión epistolar entre Hilbert y Cantor
                   fue trágican1ente interrumpida en 1899 y nunca pudo llegar a una
                    conclusión satisfactoria para ambos.





                    LOS ÚLTIMOS AÑOS

                   A fines de 1899, Cantor se encontraba preparando la tercera parte
                   de su artículo «Contribuciones a la creación de una te01ia de los
                   conjuntos transfinitos», que iba a estar dedicada principalmente
                   a exponer su solución de las paradojas de la teoría de conjuntos;
                   pero nunca pudo concluir el escrito porque su trabajo quedó in-
                   terrumpido por un durísimo golpe;  el  16 de diciembre de  1899
                   murió su hijo menor Rudolf, de trece años de edad.
                       Esta terrible pérdida, de la que Cantor jamás pudo recuperarse,
                   le provocó un grave trastorno mental, o tal vez desencadenó un
                   trastorno mental que ya estaba latente. En los años sucesivos pasó
                   alternativamente por períodos de lucidez y de desvarío, y tuvo que
                   ser hospitalizado varias veces en una clínica psiquiátrica de Halle.
                       En esos años de enfern1edad, Cantor volvió al tema de la con-
                   troversia Shakespeare-Bacon que, en verdad, nunca había abando-
                   nado del todo; ejemplo de ello es la siguiente frase, incluida en la
                   carta a Hilbert del 15 de noviembre de 1899 que citamos antes, y en
                   la que Cantor dice: «en este invierno impartiré cinco lecciones en
                   Berlín, igualmente cinco lecciones en Leipzig sobre el mismo tema
                   [la controversia Shakespeare-Bacon], donde he llegado al fondo
                   mismo de la cuestión; los señores filólogos quedarán maravillados».
                       Pero una muestra del grado que, después de 1900, llegó a al-
                   canzar su obsesión por esta controversia puede verse en un hecho
                   ocurrido en 1911. En septiembre de ese año, Cantor fue invitado
                   a asistir como académico distinguido a la celebración del 500. º
                   aniversario de la fundación de la Universidad de St. Andrews, en
                   Escocia. Ahora bien, como veremos en breve, desde el descubri-






        152        LAS PARADOJAS DEL INFINITO
   147   148   149   150   151   152   153   154   155   156   157