Page 153 - 30 Cantor
P. 153

miento en 1902 de la llamada «paradoja de Russell», la cuestión
        de las contradicciones lógicas en la teoría de conjuntos había pa-
        sado al primerísimo plano de la discusión matemática; visto este
        panorama, está claro que cuando en septiembre de 1911 Cantor
        subió al estrado de la Universidad de St. Andrews para dar una
        conferencia, todos los asistentes esperaban oír una disertación
        sobre las paradojas del infinito;  Cantor,.en cambio, habló de la
        controversia Shakespeare-Bacon.
            Por otra parte, al año siguiente la Universidad de St. Andrews
        le otorgó un doctorado honoris causa, pero en ese momento Cantor
        se encontraba demasiado enfermo y no pudo asistir a la ceremonia.

                        «La esencia de la matemática radica precisamente
                                                              en su libertad.»

                                                          -  GEORG  CANTOR,  EN  1883.

            Sin embargo, especialmente en los primeros años de su crisis
        mental, Cantor no abandonó completamente las matemáticas; con-
        tinuó enseñando en la Universidad de Halle, aunque con periódicas,
        y a veces largas, ausencias causadas por su enfermedad (por ejem-
        plo, durante todo el año 1909 no pudo impartir sus clases); dio tam-
        bién una conferencia, esta vez sí sobre las paradojas de la teoría de
        conjuntos, en la reunión de la Unión Matemática Alemana de sep-
        tiembre de 1903; y asimismo asistió al Tercer Congreso Internacio-
        nal de Matemáticas, celebrado en Heidelberg, Alemania, en agosto
        de 1904. Pero jamás completó la tercera parte de sus «Contribucio-
        nes», ni volvió a publicar artículo alguno sobre matemáticas.
            Cantor se jubiló en 1913 y en sus últimos años sufrió muchas
        privaciones a causa de la escasez de alimentos provocada por la
        Primera Guerra Mundial. La guerra también impidió el gran fes-
        tejo que sus colegas alemanes iban a  organizar en su honor en
        1915 con motivo de su septuagésimo cumpleaños, pues la crisis
        económica obligó a reducirlo a una pequeña reunión en su casa
        con algunos amigos.  En junio de 1917,  Cantor fue hospitalizado
        por última vez en la clínica psiquiátrica de Halle, donde murió de
        un ataque cardíaco el 6 de enero de 1918.






                                                LAS PARADOJAS DEL INFINITO   153
   148   149   150   151   152   153   154   155   156   157   158