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Realmente eran ideas muy arriesgadas, y nadie mejor que
Wheeler para hacer caso de ellas. No podían formar una pareja
mejor. En cuestión de explorar nuevos caminos para la física
ambos eran de los que se lanzaban sin red.
«Me importan un bledo los torpedos. ¡A toda máquina!»
- PALABRAS DE FEYNMAN A UN POSIBLE ESTUDIANTE DE FÍSICA, RECORDANDO LA FRASE ATRIBUIDA AL
ALMIRANTE ESTADOUNIDENSE DAVID FARRAGUT DURANTE LA GUERRA DE SECESIÓN.
Feynman sabía que su idea tenía una importante falla: la re-
sistencia de radiación. Cuando se acelera una partícula cargada,
esta emite radiación y pierde energía. Por este motivo el modelo
de átomo de Rutherford era imposible desde el punto de vista del
electromagnetismo clásico: un electrón dando vueltas alrededor
del átomo está sujeto a una aceleración centrípeta, lo que obligó
a Bohr a introducir el concepto de órbita cuantizada. Es esa resis-
tencia de radiación la que obliga a usar una cantidad de energía
extra en las antenas de las emisoras de radio y televisión si quere-
mos que se escuche un progran1a, porque parte de la potencia
suministrada a la antena se pierde en forma de calor.
La resistencia de radiación también es el motivo por el que si
queremos acelerar un electrón en el vacío tendremos que usar
más energía que en el caso de que no tuviera carga. Al estar en el
vacío, sin nadie alrededor, implica que se trata de una interacción
del electrón consigo mismo, un efecto totalmente similar al de la
autoenergía. Pero, si existiera un único electrón en el universo,
¿emitiría radiación? ¿Y si la existencia de la resistencia de radia-
ción exigiera la existencia de otra partícula? Feynman consideró
esta idea suponiendo un universo en el que solo existen dos elec-
trones. Supongamos que el primero se pone a oscilar. Esto hace
que, según las reglas del electromagnetismo, aparezca una fuerza
sobre el segundo, que le obliga a ponerse a oscilar, lo que implica
que ejerce una fuerza sobre el primero. ¿Podría esta situación ex-
plicar la resistencia de radiación?
A Wheeler le encantó esta idea, pero rápidamente vio un
importante impedimento: si la idea de Feynman era correcta, la
DE PRINCETON A LA BOMBA ATÓMICA 57