Page 124 - 23 Dalton
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nocer un ímprobo trabajo con los elementos atómicos conocidos:
su ordenación.
En 1869, Mendeléyev aunó las dos características fundamen-
tales de los átomos: su masa atómica y sus propiedades quími-
cas de combinación. A partir de esta fusión, construyó una tabla
-su farnosísirna tabla periódica de los elementos- en la que
dispuso en las hileras horizontales elementos «por períodos» y
en las columnas verticales elementos «por grupos» - en deno-
minación actual aproximada podríamos clasificarlos corno sigue:
alcalinos, alcalino-térreos, metales, incluyendo lantánidos y ac-
tínidos, metales de transición, semimetales, no metales, halóge-
nos y gases nobles- . Así, por ejemplo, helio, neón y argón son
gases inertes situados en la misma columna, y en horizontal las
masas atómicas -aún no se había diferenciado que eran resul-
tado de la suma de protones y neutrones en su núcleo- seguían
un orden ascendente.
En los años en que Mendeléyev construyó su tabla, el nú-
mero de átomos diferentes conocido era de 63. Pero Mendeléyev
dispuso en la tabla numerosos huecos, que presumiblemente co-
rrespondían a elementos que «debían existir». Únicamente hacía
falta encontrarlos. Algunos tan importantes corno el helio no fue-
ron descubiertos en la Tierra hasta 1895, pero se conocía de su
existencia anteriormente a partir de los análisis espectroscópicos
realizados durante un eclipse solar - en el año 1868 el francés
Pierre Jansen descubrió una línea espectral amarilla durante un
eclipse solar, que supuso correspondía a un nuevo elemento- ;
por ese motivo, el helio recibe su nombre de Helios, el dios Sol.
El número total de elementos en la actualidad es de 118, aunque
a partir del 104 (rutherfordio) son sintetizados. Los últimos, de
momento, son el liverrnorio (116), ununseptio (117) y ununoctio
(118), presumiblemente un gas noble, de masa atómica 294 y del
que solamente han podido obtenerse unos cuatro átomos desde
el año 2002.
El conjunto de átomos diferentes es, pues, finito. O casi. Una
mezcla de criterios de estabilidad, especulación e, incluso, de
prestigio físico-químico de algunos famosos laboratorios impide
saber dónde está el límite.
124 EL LEGADO DE DALTON. LA EXPLOSIÓN ATÓMICA DEL SIGLO XX