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lo más grande. Rutherford pensó muchos años sobre esos temas,
         y postuló la hipótesis de que la carga positiva de los protones
         tendría que estar compensada, o más bien «neutralizada», por
         otras partículas. Ya en la descripción de la obtención de un pro-
         tón a partir del nitrógeno hemos introducido necesariamente el
         concepto de neutrón.
             Uno  de sus discípulos,  el físico  inglés James Chadwick, se
         puso a la tarea de localizar esos neutrones, consiguiéndolo final-
         mente, tras once años de búsqueda, en 1932. El neutrón se reveló
         como una herramienta fundamental en la fisión o descomposición
         nuclear, ya que carece de  carga eléctrica y,  por tanto, no inte-
         ractúa hasta penetrar en los núcleos de los átomos más pesados.
         Chadwick recibió el Nobel de Física en 1935 y allanó, a su pesar,
         el camino hacia la creación de la bomba atómica. Al respecto de
         ello, escribiría: «Entonces me di cuenta de que la bomba atómica
         no solo era posible, sino inevitable. Tomar somníferos fue el único
         remedio».






              repulsivas. Tenía que existir una partícula de masa similar al protón, pero eléc-
              tricamente neutra. En 1931 el físico alemán Walther Bothe (1891-1957) encontró
              lo que parecía una radiación y -pero de mucha mayor energía y penetración-,
              bombardeando partículas a en ciertos elementos ligeros, como litio o berilio.
              La propia hija de los Curie, Irene Joliot Curie (1897-1956), comprobó que si esta
              nueva radiación incidía en algunos compuestos hidrogenados, se producían
              protones altamente energéticos. Finalmente, el  mencionado James Chadwick
              descartó la  hipótesis energética por la  corpuscular, sugiriendo la  existencia
              de partículas sin  carga y masa similar a la  del protón, tal  y como Rutherford
              había sospechado: los neutrones.
              La  bomba atómica
              Los  neutrones «libres» son inestables y  tienen un tiempo de vida medio re-
              lativamente corto de diez minutos. Pero a diferencia de las partículas a,  no
              interactúan eléctricamente, por lo que no son repelidos por los núcleos ató-
              micos. Se  facilitan así los procesos de fisión, como en el U-235, el  principal
              componente de la  bomba atómica de Hiroshima. Chadwick, que participaría
              en el  Proyecto Manhattan, renegaría de por vida de los horrores de su  des-
              cubrimiento.








                           EL LEGADO DE DAL TON.  LA EXPLOSIÓN ATÓMICA DEL SIGLO XX   135
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