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aire. Mientras sus colegas defendían que este era un compuesto
      químico más, Dalton, como lo hiciera antes Lavoisier, postuló que
      el aire era un sistema mecánico, añadiendo que su presión era
      el resultado de las presiones individuales de cada gas que lo for-
      maba. Dalton extendió este razonamiento a todos los gases en ge-
      neral, ya no solo a los contenidos en el aire. Solo un año después,
      en 1803,  este principio científico ya era comúnmente conocido
      como la «ley de Dalton de las presiones parciales».
          Por descontado, el famoso sir Humphry Davy se mostró en
      un principio completamente escéptico con relación a esta nueva
      ley de los gases, hasta que Dalton pudo explicar que las fuerzas
      repulsivas que ejercen la presión solo actúan entre los átomos de
      la misma clase, y que los átomos dentro de una mezcla de gases
      variaban en peso y complejidad.

             «La presión total de una mezcla de gases es la suma de las
           presiones parciales de cada gas individual ejercida mientras
                                                 ocupa el mismo espacio.»

                         -  JOHN  DALTON,  LEY  DE  LAS  PRESIONES  PARCIALES  DE  LOS  GASES  (1803).

          Con  esta explicación  adicional  Dalton  estaba ya introdu-
      ciendo, tal vez voluntariamente, el necesario concepto de átomo.
      Distintos elementos, distintos átomos.
          La fascinación de John Dalton por los gases,  la cual había
      nacido de su inagotable interés por el aire y la meteorología, se
      extendió lógicamente a cualquiera de los estados conocidos de
      la materia:  sólido,  líquido  o  gas.  Y así formalmente  estableció
      que cualquier elemento, con independencia del estado en que se
      encuentre, estará compuesto por átomos, siendo estos pequeñas
      partículas individuales, indivisibles e inalterables, características
      de un elemento determinado con una masa determinada. Para de-
      nominar a estas partículas elementales recurrió al viejo término
      que un día fuera acuñado por el filósofo griego Demócrito de Ab-
      dera:  átomo  («sin división»).  Pero esta vez la existencia de los
      átomos no estaba basada en razonamientos lógicos, sino experi-
      mentales.






                                            JOHN DAL TON EN  LA DISTANCIA   29
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