Page 105 - 16 Fermat
P. 105

El segundo capítulo de la presente obra trata cómo los mate-
        máticos buscan puentes entre can1pos que, a primera vista, son
        distintos y no tienen ninguna relación. Uno de los primeros ejem-
        plos de esa actividad de tender puentes es la geometría analítica,
        llamada así porque usa el arte analítico -el álgebra- para descri-
        bir toda la geometría. De pronto, todos los problemas geométricos
        pueden resolverse con el álgebra, a partir de la definición de cur-
        vas como lugares geométricos.
            Un lugar geométrico es un coajunto, usualmente infinito, de
        puntos: lo que llamamos una curva, a pesar de que no todas sean
        curvas en el sentido coloquial.  Dicho cortjunto debe cumplir una
        cierta propiedad. Por ejemplo, todos los puntos que equidistan de
        un punto fijo definen el lugar geométrico llamado «círculo», y todos
        los puntos cuya distancia a un punto dado es igual a la distancia a
        una recta dada definen el lugar geométrico llamado «parábola». De
        esta forma, se pueden definir curvas cada vez más complejas.
            Estudiando los lugares geométricos definidos por Apolonio,
        Fermat, al igual que Descartes, tuvo una iluminación: dichos luga-
        res geométricos, cuando estaban en un plano, podían ser descritos   Gráfica en dos
                                                                      dimensiones de
        por completo como una ecuación indeterminada en dos incógnitas.   una curva cúbica,
            La dimensionalidad no dependía, como habían pensado todos   cuya ecuación
                                                                      general es
        hasta entonces, del grado de la ecuación, de si era cuadrática o   y=ax 1 +bx 2 +cx +d.
        cúbica.  Dependía del número de  in-
        cógnitas. Así, si se tenían dos incógni-
        tas,  tendríamos  curvas  en un  plano
        (dos  dimensiones).  Si  se  tenía  una
        sola,  tendríamos los puntos sobre lí-
        neas  (una dimensión)  que  analizaba    ¡-
        Vieta. Si teníamos tres, tendríamos su-  -+------+-+------+---+---e--+-•---
        perficies en las tres dimensiones del
        espacio.
            No importaba si una ecuación era
        un  polinomio  de  grado  tres;  su  di-
        mensión no era una superficie en tres
        dimensiones, sino, si tenían dos incóg-                   ·  II
        nitas, una humilde curva en dos (véase
        la figura).                          L_                   - --~





                                                   LA GEOMETRÍA ANALÍTICA   105
   100   101   102   103   104   105   106   107   108   109   110