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Pero a todos les esperaba una sorpresa. No se trataba de un
cometa, sino de un nuevo planeta, solo visible por el telescopio.
Fue el astrónomo sueco Anders Johann Lexell (1740-1784) quien
lo demostró: el nuevo astro seguía una órbita elíptica alrededor
del Sol coplanaria con la del resto de planetas. Era el primer pla-
neta telescópico (no visible a simple vista) y el más exterior de los
hasta ahora conocidos: Urano. Descubrir un nuevo morador del
sistema solar era algo sensacional. Los antiguos griegos habían
identificado como planetas ( es decir, etimológicamente astros
errantes o vagabundos) cinco puntos de luz: Mercurio, Venus,
Marte, Júpiter y Saturno, que se distinguían por moverse en el
cielo con respecto al fondo de estrellas fijas, y por hacerlo en una
estrecha franja ( el zodiaco) que rodea la trayectoria por la que
transcurre el Sol (la eclíptica). Pero el número de planetas pern1a-
necía invariable desde hacía milenios.
Además, Herschel, gran observador de Saturno, su planeta
preferido a causa de sus anillos, descubrió otros dos satélites más
a añadir a la lista de los cinco ya conocidos. Y en 1787 hizo lo
propio con dos de los satélites de Urano: Titania y Oberón. A prin-
cipios del siglo xrx la lista de cuerpos celestes conocidos se engro-
saría con la de los denominados planetoides o asteroides (Ceres,
Palas, Vesta y Juno). La vasta extensión que mediaba entre Marte
y Júpiter se pobló de pequeños planetas. Sin contar los cometas,
se conocían siete planetas mayores y un total de catorce satélites,
incluida la Luna. Pero cuantos más moradores tuviera el sistema
solar, más posibilidades había de que las perturbaciones gravita-
torias entre ellos lo descompensaran y se rompiera en mil peda-
zos. La cuestión de la estabilidad de dicho sistema era, según
avanzaba el siglo, cada vez más urgente.
LAS ANOMALÍAS SECULARES DE LOS PLANETAS
Y SUS SATÉLITES
En los Principia, Newton estableció que los planetas gravitan
hacia el Sol, de la misma manera que los satélites gravitan hacia
LA ESTABILIDAD DEL SISTEMA DEL MUNDO 47