Page 254 - Edición final para libro digital
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segundos el silencio fue absoluto en la estancia. Finalmente, el ins-
pector Masen rompió aquel tenso mutismo.
—Lamento hacerle pasar este amargo trago, señorita Hasbúm,
pero, a pesar de que todo apunta al suicidio, debemos investigar el
caso. Es nuestro trabajo, y nos gustaría contar con su colaboración.
Fatma alzó la mirada. Sus ojos bañados en lágrimas reflejaban
toda la pena que sentía en aquel momento, pero sabía mejor que
nadie que ante aquella nueva información se acababa de convertir
en sospechosa de un posible homicidio.
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