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ICAP ARGDEBRA
van surgiendo se modificarán de modo evolutivo, teniendo como único valor el que permite
que se mantenga el equilibrio del ecosistema.
3. El modelo personalista: Es el que mantiene el primado y la intangibilidad de la persona
humana, considerada como valor supremo o punto de referencia. La dignidad de la persona
es manifiesta y exige un máximo de respeto. Pone la atención en la fundamentación moral de
la persona y acepta la indivisibilidad de esta desde el punto de vista biológico, psíquico,
espiritual o trascendente desde el momento de la concepción hasta la muerte. Esta
concepción responde al propio ser del hombre, y explica la relación existente entre dignidad
de la persona y libertad, no como valores divergentes, sino complementarios. Los principios
o valores que propone Sgreccia para el personalismo son:
a) El principio de la corporeidad: La persona recibe en el cuerpo su individualidad y
diferenciación, encontrando los límites del dolor y la muerte. El acto médico es totalmente
personalizado al intervenir en la totalidad de la persona.
b) El principio de defensa de la vida física: Es la defensa del bien fundamental del hombre,
y está por encima de los demás bienes como la libertad, la conciencia y la socialidad, pues
todas presuponen de la presencia del hombre físico.
c) El principio de libertad y responsabilidad: Toda persona es responsable de su cuerpo,
nada se hace si no se respeta la libertad del paciente, pero a su vez este es responsable del
bien que administra.
d) El principio de totalidad o principio terapéutico: Se basa en la totalidad de la persona y
es lícito intervenir en una persona desde el punto de vista terapéutico, siempre y cuando esta
diera su consentimiento y solamente si hay una justificación terapéutica, y si la justificación de
la acción en la “parte” va en beneficio del “todo”.
e) El principio de socialidad y subsidiaridad: Necesidad de la persona y de sus
congéneres para ayudarse mutuamente. En el ámbito de la medicina se refiere también a que
recibirá más ayuda quien más lo necesite.
4. El modelo pragmático-utilitarista: Es bastante difundido, defiende la necesidad de lo
útil, independientemente del medio que se tenga para alcanzarlo, y su fin es beneficiar el
mayor bien para el mayor número de personas.
Existen varios autores que han utilizado el modelo pragmático-utilitarista, sin embargo,
haremos alusión a los ancestrales principios de Beauchamp y Childress referidos
anteriormente:
a) Beneficencia es hacer el bien, objeto evidente de todas las modalidades de atención
de salud; su principal dificultad estriba en definir lo que se entiende por bien y mantener la
separación entre este y el paternalismo. La beneficencia abarca lo que es médicamente
beneficioso, lo que el paciente considera como tal y lo que es beneficioso para los seres
humanos en el contexto en que estos viven y se desenvuelven.
b) No maleficencia, también denominada inocuidad, significa no hacer daño; un concepto
que queda implícito en la máxima latina primum non nocere, aplicable a toda práctica médico-
sanitaria, en la que deben evitarse procedimientos diagnósticos y terapéuticos peligrosos o
innecesariamente invasores.
c) Autonomía o capacidad de autogobierno es el término utilizado para indicar la
preservación de la dignidad, los derechos y las libertades individuales, y la conservación de
la integridad de las personas en cuanto a los principios y convicciones de cada uno. Es una
propiedad que emana de la capacidad de los seres humanos para pensar, sentir y emitir sus
propios juicios sobre lo que consideran lo bueno o lo malo. Todo individuo es autónomo y
responsable absoluto de sus actos. La autonomía se ha convertido en la consigna que
simboliza el derecho moral y legal de los pacientes a adoptar sus propias decisiones sin
restricción ni coerción, por más bienhechoras que para él mismo sean las intenciones del
médico y aun de su propia familia. Es el respeto a las decisiones que con respecto a su
enfermedad un paciente tome.
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