Page 92 - El toque de Midas
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el empresario y por eso, cada vez que la gente ve tu marca, escucha tu nombre o usa tus productos,
todos estos símbolos y experiencias deberían detonar en ella lo que representas. Iré un poco más
lejos: tú, tu nombre, tus productos y tu servicio, deberían generar en el cliente, tanto una respuesta
intelectual como una emocional. Heart & Mind tiene su fundamento en el hecho de que todos
compramos con el corazón y justificamos con la mente. Dicho de otra forma, una marca debe ser,
primero emotiva y luego lógica”.
Algunas preguntas que debes hacerte
Kathy cree que los negocios exitosos poseen ese algo especial, esa magia que encenderá la mecha de
la marca. Al trabajar con Cold Stone Creamery descubrió que a ellos les apasiona hacer feliz a la
gente, y les interesa ser los mejores y brindar la sensación más sofisticada que se pueda tener al
consumir un helado. Fueron precisamente esos rasgos a los que les inyectaron vitalidad en la marca.
Los líderes necesitan tener fuego en el corazón y una buena razón de ser. Kathy le llama a esta
razón de ser: “La historia detrás de la historia”, y cree que los empresarios deben tener la capacidad
de vincularse con esa historia permitir que la gente se entere.
Para comenzar a desarrollar una verdadera marca al estilo Heart & Mind, los empresarios
tienen que hacerse las siguientes tres preguntas fundamentales que contemplan el panorama general.
Pregunta #1 del panorama general: ¿Por qué haces lo que haces?
¿Sabes cuál es el “porqué” detrás de tu “qué”? Dado que la gente se conecta con el por qué, es
importante tener una buena razón para hacer lo que haces. Asimismo, la vitalidad de tu marca debe
estar impregnada con esa autenticidad. Es muy importante que a los empresarios les apasione lo que
hacen porque la característica más importante de una marca Heart & Mind es su autenticidad. No se
trata de hacer dinero. Esa capacidad podría ser suficiente para mantenerse en el cuadrante A, sin
embargo, para llevar tu negocio al cuadrante D, necesitarás algo más.
Kathy dice que cuando la gente conoce a Robert y a Donald, de inmediato se da cuenta de que
hay un enorme “por qué” detrás de lo que cada uno de estos hombres hace. Finalmente, ambos son
empresarios avezados y excelentes negociadores; también son muy exitosos. Además, piénsalo:
ninguno de los dos tiene necesidad de seguir trabajando y, sin embargo, lo hacen. A pesar de que
ambos están en el negocio de hacer dinero y disfrutan mucho de este juego, su objetivo principal no
es ser más ricos. El dinero no es su “por qué”. El hecho es que, si te fijas bien, verás que ambos son,
en realidad, maestros. Disfrutan genuinamente de enseñar a la gente a ser lo mejor que pueda y a
tener la mejor vida posible. Ese “por qué” subyace en cada libro que escriben, en cada proyecto, en
cada inversión. Robert y Donald escribieron su primer libro, Queremos que seas rico, con el único
propósito de iluminar a la gente acerca de cómo funciona el mundo y de la amenaza que encaramos
todos hoy en día. Hablaron del deterioro de la clase media, por qué está sucediendo y qué puedes
hacer para asegurarte de pasar al nivel de la gente adinerada en lugar de caer en la pobreza. A eso se
le llama enseñanza y es lo que a ellos les apasiona. Ambos quieren que la gente goce de una mejor
vida.
Ciertamente, muchas personas han escuchado sobre Donald Trump y el libro Padre rico, Padre
pobre, de Robert. Si exploras un poco los ámbitos de negocios y la actividad empresarial, en muy
poco tiempo sabrás con exactitud quiénes son ellos. De inmediato percibirás que tienen un espíritu y
representan algo mucho más importante que la capacidad de generar dinero. Ambos se rigen por lo