Page 93 - El toque de Midas
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que dice la conocida frase: “No me interesa lo que piensas de mí”. Es decir, ellos no necesitan tu
aprobación para existir. En el aspecto social se manejan con respeto y cortesía, pero resulta evidente
que sus corazones arden. Son hombres intensos, fuertes y, además, les apasiona su misión.
Donald y Robert poseen las cualidades de una marca Heart & Mind. La gente sabe quiénes son
más allá de su imagen y de la forma en que su espíritu está vinculado a sus compañías. También es
muy evidente el nivel de enfoque de ambos, su fuerza emocional y su dedicación al trabajo arduo. La
creación de una marca es una suerte de maratón, pero también implica el aprovechamiento del
impulso que tiene un negocio. Los líderes no pueden solamente entrar y salir del juego a discreción.
Para expandir la búsqueda de tu marca, hazte las siguientes preguntas:
¿Qué es lo que quieres conseguir con tu negocio?
¿Qué te hace levantarte por la mañana?
¿Alguna vez has fracasado?
¿En dónde te ves en cinco años?
¿Cuál quieres que sea tu legado?
Llama a algún amigo en quien confíes plenamente y conversa con él o ella acerca de las preguntas.
Generen retroalimentación y escriban todo. Las preguntas son muy importantes, así que repitan el
proceso varias veces. Kathy recomienda hacerlo hasta que te quede más claro quién eres, por qué
haces lo que haces, y si tienes el fuego que se requiere para convertir tu negocio en una verdadera
marca Heart & Mind. El proceso te ayudará a investigar a fondo lo que representas. También será
útil que hagas preguntas similares a tus clientes y empleados porque, cuando se trata de descubrir la
autenticidad del empresario y de su compañía, todo mundo debe opinar.
Pregunta #2 del panorama general: ¿Qué problema quieres resolver?
El único propósito de un verdadero negocio es resolver un problema y hacer que la vida sea mejor.
Si lo que tú haces no beneficia a otros, entonces carece de sustancia. Según Kathy, las grandes
marcas no sólo deben ser genuinas, también deben significar algo importante.
Las marcas de Robert y Donald se llevan bien porque trabajan para resolver los mismos
problemas. A pesar de que estos hombres son muy diferentes y nacieron en extremos opuestos de los
Estados Unidos (Nueva York y Hawai), ambos tuvieron padres ricos. Uno de ellos proviene de una
familia adinerada y, el otro, de una de clase media; sin embargo los une, desde el fondo del corazón,
su deseo de ser maestros. A veces comparten el escenario para dirigirse a nutridos públicos, para
alentar a los asistentes a no abandonar sus sueños. Los dos tienen programas de televisión
educativos: el de Donald es el popular show, El aprendiz, y Robert aparece en sus programas de la
cadena PBS. Ambos cuentan con juegos y libros, y dirigen compañías que promueven la educación
financiera. Asimismo, se esfuerzan por llenar la laguna que existe por la falta de este tipo de
educación en nuestras escuelas. Robert y Donald saben que éste es uno de los problemas más
importantes en nuestra sociedad. Al sumarse a otras carencias, la falta de educación financiera va
ocasionando un creciente vacío entre ricos y pobres, así como la disminución de la clase media. Los
estadounidenses están siendo socavados por el desempleo, los salarios castigados, los altos
impuestos, el decremento en el valor de las casas, la inflación en aumento, el cuidado médico
incosteable y la falta de ahorros para su retiro. Robert y Donald quieren ser parte de la solución, y
por eso enseñan y comparten su conocimiento: para que más gente pueda disfrutar de una vida mejor.
Sus principios han sido puestos a prueba en varias ocasiones, pero Robert y Donald jamás