Page 221 - Luna de Plutón
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rebosante de diminutos dientes.
—La Anubis tiene 40 bahías de torpedos y 64 proyectiles láser. La Tungstenio
cuenta con 55 bahías de torpedos y 25 tubos con proyectiles láser. ¡La Parca Imperial
posee 300 bahías de torpedo, y 500 proyectiles láser! Y un cañón especial que es
virtualmente del tamaño de La Anubis, capaz de arrojar una bola conocida como
Vigor Cósmico, con el que los desintegraríamos al instante.
—En pocas palabras, nadie tendría esperanzas de enfrentarse a nosotros.
—Oh, esa sería la forma no-técnica de decirlo, pero así es —dijo, arrugando la
frente—. La Parca Imperial tiene un escudo más eficaz, más moderno que el que
utiliza La Anubis, e inclusive, el poder de fracturar un planeta sólido.
Mojo Bond se quedó viendo a Hallyfax con sorna, como si aquellas palabras le
hubieran dado una bofetada a su credibilidad.
—Asumo que no lo saben —repuso, sonriendo lentamente— pero La Parca
Imperial alberga en su interior 91 bombas nova.
—¡Mientras más me explica usted, más encantado me siento!
—¿Y qué haremos ahora? —interrumpió Mojo, con las manos tomadas tras la
espalda.
—Ahora probémosla —murmuró Cadamaren, pensativo—. ¿Qué tal si la primera
misión de la Parca Imperial es salir, encontrar a la Tungstenio y hacerla polvo? ¡Tengo
tantos deseos de ver de qué es capaz este armagedón espacial como de presenciar sus
habilidades y destrezas al mando de ella, Capitán!
Meinhardt Hallyfax se sentó en su gran silla, y, levantando un puño, gritó la orden
de zarpar.
Las compuertas que cerraban la entrada sur de la cónica Galatea se abrieron
lentamente, en completo silencio. Y de ella, empezó a emerger, como un monstruoso
leviatán asomándose por su cueva, la Parca Imperial, rompiendo, con su solo
impulso, todas las cadenas que la sujetaban al puerto.
Desde dentro de la sala de control, el universo se veía como la infinita superficie
negra y fría que era, plagada de diminutos puntos brillantes, a través de la enorme
pantalla principal, parecida a una sala de cine.
—¿Es una ventana de verdad? —preguntó Mojo, acercándose al cristal y