Page 235 - Luna de Plutón
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marchando las reparaciones. Ha sido un placer conocerte, Knaach, y a tu amigo
Hathor también.
El niño elfo veía a Rockengard impresionado. Seguía sentado al borde de la
fuente, viendo hacia arriba, hacia la cara del viejo gigante.
—Es un chico muy valiente —puntualizó el león—. Me salvó la vida en la nave.
El chico se encogió de hombros, sonriendo.
—Los dejo a los tres solos. Pásenla bien y no anden peleando.
Los tres permanecieron en silencio hasta que Rockengard se alejó lo suficiente…
—Gorda.
—Engendro.