Page 236 - Luna de Plutón
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VIGOR CÓSMICO
Nave de la HFPU (Hermandad Federal de Planetas Unidos), Crucero de Batalla
Nautilus. Misión de búsqueda y rastreo de la nave espacial Tungstenio.
El Nautilus era una nave alargada, con forma de tornillo, de largas aletas
puntiagudas por arriba y por abajo. Maniobraba con gran eficacia entre los anillos de
Neptuno, que estaban compuestos por gases y rocas de hielo e hidrógeno solidificado.
Desde lejos, podía identificársela como algo parecido a un cometa, que dejaba una
estela blanca tras de sí, producto de la efervescencia pálida de sus motores. Un
comandante de la Hermandad Federal estaba sentado en la silla del capitán, era un
licántropo alto, con gorro negro y traje militar, de posición estoica y hombros anchos,
viendo al frente. A su lado, se hallaba una silla donde estaba sentado Raah, el juez
elfo, quien vestía una larga, elegante, túnica negra bordada a los lados con líneas
doradas. Veía también hacia la pantalla del frente, que reflejaba el larguísimo anillo del
titán gaseoso, que se perdía de vista y curveaba en el horizonte.
—Señor, los radares detectaron residuos recalcitrantes en la luna Galatea. Todo
indica que hubo una explosión hace poco.
—Ha debido ser un meteoro —sentenció el Capitán—. Abundan en esta zona.
Los motores de la nave refulgieron y describió su rumbo alrededor de las rocas,
maniobrando con agilidad, hasta salir del anillo y quedar sobre el polo norte de
Neptuno.
—¡Capitán! ¡Los radares han detectado una presencia!
—¿De qué se trata, alférez?
—No lo sé, señor, pero… Mide aproximadamente siete kilómetros, es…
¡Inmenso!
—Tal vez sea un asteroide —menospreció Raah, acariciando su barbilla—. Lo
importante es que los ogros no se hallan en este sector del Sistema Solar.
—No es un asteroide, su excelencia —lo corrigió el alférez—. El radar indica que
la presencia emite sonidos… De motores.
—Y esta tampoco es una zona de asteroides. Navegante, llévenos al sitio.
—Sí, Capitán.