Page 80 - Luna de Plutón
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tener el hueso de la cadera al descubierto.
—Hohoho… Pues somos más resistentes de lo que crees.
El león frunció el ceño, viendo, con sus potentes pupilas dilatándose, el cuerpo del
guardia que ella había mandado a volar como a un monigote con tan solo un
empujón.
—Entonces estuve equivocado —reflexionó.
—¿Equivocado? ¿Acerca de qué?
—Pensé que ese tipo, Mojo Bond, fue el que había asesinado a Kannondross en el
tren aéreo.
—Kannongorff —lo corrigió.
—Sí, eso. Pero no pudo ser él, es imposible. No entiendo nada, Claudia, y quiero
que me des más explicaciones. ¿Qué pudo haber asesinado a un ogro adulto? ¿Qué o
quién tiene el poder de hacer semejante cosa?
—No lo sé, Knaach, en eso te soy sincera. Lo poco que sabes sobre lo que sucedió
en el tren es exactamente lo mismo que sé yo.
La chica recogió la escopeta plateada del guardia, que en su manos parecía apenas
una simple pistola. Su dedo era demasiado grueso para introducirlo por la rendija que
tenía el gatillo.
—Bueno. ¿Ahora qué tienes pensado hacer? No podemos salir y dejar que Bond
nos vea otra vez.
En respuesta, Claudia se puso de rodillas, y tomó al guardia por la solapa del
abrigo rojo, levantándolo lo suficiente como para que sus caras quedasen frente a
frente. Con la otra mano, presionó su índice con el pulgar, lo acercó a su rostro y
catapultó el dedo dándole un capirotazo (lo que para él fue el equivalente a una
sonora bofetada sopera). El tipo empezó a toser, respirando hondo, y abrió los ojos. El
rostro de la ogro abarcaba todo su campo de visión.
—Contesta. ¿Dónde está el emperador Gargajo?
—¿Eh?
Claudia lo zarandeó con brusquedad, el hombretón gimió.
—¡Dime dónde está, o habrás preferido tener tres horas con el casco de la verdad
a cambio de verte en el espejo después de que te amase la cara!
El guardia empezó a temblar, los labios se movían estúpidamente, mientras sus
ojos se hacían vidriosos.
—Él… Él ya está esperando en el Gran Aula Magna —gimió.
—Es el lugar donde Osmehel Cadamaren dijo que se llevaría a cabo la conferencia
—atajó Knaach.