Page 92 - Luna de Plutón
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Gargajo se precipitaba sobre la mesa, la sombra negra bañó a la ogro, quien apretó
los dientes, y se tomó el tiempo de recordar por última vez a Iapetus, su luna.
Claudia dobló las rodillas, levantó los hombros, viendo hacia arriba, con el ceño
fruncido, y su frente surcada por venas.
El cuerpo se desplomó sobre la mesa, causando que una nube de polvo saliera
disparada bajo la espalda y un terremoto terminara por destruir varios palcos
alrededor del aula, desprendiéndose y precipitándose en el aire, explotando en una
nube de escombros al llegar a la mesa, los restos flotaban y subían luego, lentamente,
para ser despedazadas por el Universo.
Todas las puertas de emergencia del Gran Aula Magna de Reuniones se abrieron
de golpe, y de ellas emergieron soldados vestidos de negro, con un velo en la cara:
guardaespaldas de la armada imperial de Gargajo, quienes irrumpían oteando al frente
con sus armas. De las otras entradas, que estaban colocadas en las filas de asientos
que se alargaban alrededor del Gran Aula y también en los palcos, salían filas y filas
de guardias de la nave, quienes se detenían en seco gritando, tomándose unos a otros
de los uniformes, las manos, y de los asientos que todavía quedaban aferrados a su
base, al notar la horrible, inclemente succión que los impulsaba hacia arriba. Un