Page 518 - El cazador de sueños
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larga disminuya, pero lo que es ahora… —Se encogió de hombros—. De momento
oigo voces. —Pearly.
—Por ejemplo —asintió Henry—. Y otros con el byrus en fase activa. La mayoría
está detrás.
—¿Y tu amigo Jonesy? ¿O Gray? Henry negó con la cabeza.
—El que oye algo es Pearly.
—¿Pearly? Y ¿cómo puede ser?
—Ahora mismo tiene más radio mental que yo, por el byrum…
—¿El qué?
—Lo que tiene en el culo —dijo Henry—. El bicho caca.
—Ah.
Owen tuvo un momento de náuseas.
—Lo que oye no parece humano. Dudo que sea el señor Gray, pero tampoco es
imposible. En todo caso, lo capta.
Condujeron un rato en silencio. Había bastante tráfico, con algunos conductores
haciendo salvajadas (encontraron el Explorer justo al sur de Augusta, en la cuneta, sin
nadie dentro y con las maletas en el suelo), pero Owen se consideró afortunado.
Supuso que la tormenta había hecho que se quedara mucha gente en casa. Existía la
posibilidad de que quisieran huir aprovechando que había pasado el mal tiempo, pero
él y Henry se habían adelantado al grueso de la ola. En muchos aspectos les había
beneficiado la nevada.
—Voy a decirte una cosa —acabó anunciando Owen.
—No hace falta que lo digas. Te tengo justo al lado, a corto alcance, y aún recibo
una parte de lo que piensas.
Lo que pensaba Owen era que, si creyera que Kurtz se daría por satisfecho
cogiéndole a él, frenaría y se apearía del Humvee. En realidad no creía tal cosa.
Owen Underhill era el principal objetivo de Kurtz, pero éste comprendía que Owen
no habría incurrido en tan monstruosa traición sin verse obligado a ello. No; le
pegaría un tiro a Owen en la cabeza y seguiría. Al menos, con Owen, Henry tenía
alguna oportunidad. Sin él, casi seguro que era hombre muerto. Y Duddits igual.
—Seguiremos juntos —dijo Henry—. Amigos hasta el final, como suele decirse.
Se oyó en el asiento de atrás: —Tenemo tabajo.
—Exacto, Duds. —Henry desplazó el brazo hacia atrás y dio un apretón a la
mano fría de Duddits—. Tenemos trabajo.
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