Page 135 - La iglesia
P. 135

—Me voy a la ducha —anunció Ernesto con un gruñido.

                    El joven sacerdote se quedó solo en el salón. Su sueño de una convivencia
               armoniosa con el padre Ernesto Larraz, embarcados en un proyecto común
               tan hermoso como reflotar una vieja iglesia, se había roto en pedazos.
                    Un  jarrón  impactado  por  la  bala  de  una  magnum,  disparada  por  un

               demonio disfrazado de cristo impío.












































































                                                      Página 135
   130   131   132   133   134   135   136   137   138   139   140