Page 113 - Las ciudades de los muertos
P. 113
importante.
—Maspero sólo tardará unos días en traer un equipo aquí, en cuanto reciba
noticias nuestras. Luego, podremos seguir con tu proyecto.
—De acuerdo.
Di la vuelta a una piedra con el pie.
—Esto podría ser una portada estupenda para tu estudio.
El padre Khalid llegó a nuestra pensión casi al mismo tiempo que Birgit y, de
inmediato, empezó a observar con recelo a la muchacha. Todavía llevaba sus ropas de
sacerdote. Yo no tenía ganas de volver a ver a Khalid tan pronto, ya que procuro
siempre evitar las disputas, pero por otra parte, cuanto antes y con más énfasis le
prohibiera utilizar, o mal utilizar mi nombre, mejor me sentiría.
Nos encontramos en el vestíbulo. Esbozó una fingida sonrisa y se volvió hacia
Birgit.
—La joven sacerdote —exclamó, irónico—. Mantuve una larga conversación con
su superior esta tarde. Espero que se encuentre usted tan a gusto en nuestra casa como
él.
Birgit le devolvió la sonrisa.
—De hecho, la encuentro fría y húmeda. Podría mandar que la reparasen.
Decidí no dejar que las cosas pasaran de ese punto, así que intervine.
—Fraülein Schmenkling me ha dicho que usted va diciendo por ahí que viaja
conmigo, que utiliza mi nombre para darse autoridad a la hora de ordenar a los
misioneros que abandonen Benhà.
—Naturalmente, supuse que el Servicio de Antigüedades estaría de nuestra parte,
sí —era todo inocencia.
—Como usted sabe, ya no formo parte del Servicio de Antigüedades —mientras
hablaba, deseé no ser tan brusco, pero había sido un día muy duro y me sentía
agotado. Empecé a andar.
Khalid volvió a hablar, con sus mejores modales sacerdotales.
—Si me equivoqué al obrar así, le ruego que me disculpe, señor Carter, pero
como conozco su pasión por las cosas antiguas… Simplemente pensé… —pasé por
delante de él, sin dejar de andar—. ¿Por qué no cenamos juntos de nuevo?
Me volví hacia él.
—Lo siento, pero tengo ya otro compromiso.
Henry y Birgit, un poco aturdidos, me siguieron hacia el exterior. Una vez fuera,
Henry intentó apaciguar los ánimos.
—Fuiste bastante duro con él.
—Ha estado utilizando sin permiso mi nombre y no puedo permitirlo. Si llega
hasta El Cairo el rumor de que estoy utilizando mi influencia como agente del
www.lectulandia.com - Página 113