Page 126 - Las ciudades de los muertos
P. 126
—¿Qué es?
—La base de una estatua. Y estas dos protuberancias eran los pies.
—¡Oh! —la observó un instante y, luego, me ayudó a girarla—. Debe de ser muy
antigua.
—Todo lo que sabemos es que está muy deteriorada. Es piedra caliza, muy
blanda, que no resiste las inclemencias del tiempo —inspeccioné cuidadosamente la
parte inferior—. Nada, pero ahora ya sabes el tipo de cosas que buscamos. Es fácil
que en la próxima que encontremos descubramos inscripciones.
Durante toda la tarde nos dedicamos a recorrer juntos aquel terreno, convencidos
de que así descubriríamos muchas más cosas. Inspeccionamos cientos de piedras y
ladrillos y encontramos una diminuta esfinge, parecida a la que había hallado el día
anterior, pero sin inscripciones. Todas las piedras acusaban una profunda erosión, y
no nos aportaban nada nuevo. Empecé a sentirme frustrado.
—¡Maldito clima del delta!
Henry, que estaba de rodillas examinando una piedra negra, se puso en pie y miró
hacia el cielo.
—A mí tampoco me gusta. Mira todas esas nubes. Tienes razón, Howard, cuando
dices que parece que estemos en otro país. El cielo aquí es demasiado pesado y no se
parece en nada al cielo del desierto, no tiene aquella transparencia.
No prestaba demasiada atención a lo que estaba diciendo.
—¿Es un trozo de basalto, eso?
—¿Eh? —salió de su ensimismamiento—. ¿Esto? ¡Oh! No lo sé, pero me parece
que sí.
—Déjame verlo —le eché una ojeada—. Aquí. ¿Dónde está la lupa? —me la
tendió y señalé la inscripción—. Es otro serekh. ¿Ves las dos figuras de animales
situados encima? Es el mismo que el otro: «Khasekhemui».
—¿Es un fragmento de una estatua?
—Sí, me parece que sí. La parte delantera del hombro. Mira que no haya más
fragmentos. —Había estado de rodillas y ahora me senté en el suelo y examiné de
nuevo el fragmento—. «Khasekhemui».
—Nunca había oído hablar de él. ¿Era un faraón menor? —seguía removiendo las
piedras—. Me parece que por aquí no hay más fragmentos.
Me levanté para seguir buscando.
—Menor no, simplemente muy antiguo y poco recordado. Gobernó durante la II
dinastía, antes de que floreciera la verdadera civilización egipcia.
Hizo un rápido cálculo.
—Así que debía ser… por el año tres mil antes de Cristo.
—Sí, ponle cien años más o menos. Aquí he encontrado otro trozo —era la parte
superior de un brazo extendido, una postura poco usual para una escultura egipcia,
www.lectulandia.com - Página 126