Page 159 - Las ciudades de los muertos
P. 159
—No se preocupe. Lo trasladaremos todo en un momento.
Me detuve a observar el edificio de la compañía y me di cuenta de que las
lámparas seguían encendidas.
—Por cierto, ¿tienen telégrafo?
—Sí, claro.
—Tengo que enviar un mensaje urgente al Servicio de Antigüedades de El Cairo.
¿Podría hacerme ese favor?
—Por supuesto, si es que las riadas no han destrozado las líneas. Primero
acabemos de cargar las cosas y luego echaremos una ojeada al aparato.
Probó el telégrafo, pero las líneas estaban saturadas.
—No hemos recibido noticias desde hace tres días y ahora todo el mundo estará
intentando transmitir a la vez, pero prometo que le enviaré el mensaje en cuanto
pueda.
Como Hank le había dicho que éramos amigos de Rheinholdt, me esforcé porque
el mensaje no levantara sus sospechas.
«Pirámide de Atribis derrumbada. Repito: derrumbada. Caíd de Benhà
implicado» Etc. etc. No mencioné en ningún momento a Rheinholdt, pero al acabar le
indiqué a Maspero hacia dónde nos dirigíamos. «Ven y trae soldados».
Zhitomiri leyó el texto y me observó, receloso.
—Las líneas están todavía saturadas, pero intentaré enviarlo en cuanto vuelva de
Wädi Nätrun. Espero no tener problemas de transmisión para entonces.
Por un momento, deseé haber aprendido el alfabeto Morse, ya que así lo habría
enviado yo directamente desde la estación.
—Bueno, si están preparados, será mejor que nos marchemos —dijo mientras se
levantaba y desconectaba el aparato de transmisión.
—El padre Rheinholdt está en el monasterio, ¿verdad? —no se me había ocurrido
hasta ahora que tenía que comprobar aquello.
—¡Oh, sí! Vino hace apenas una semana, justo cuando empezaron las lluvias.
No quise preguntar más para no parecer curioso, pero Hank se me adelantó.
—¿Había una joven con él? ¿Una joven rubia?
—No —Zhitomiri parecía pensativo—. No, vino con unas cuantas monjas, nada
más. Traían cajas llenas de cosas que habían encontrado en una excavación, me
parece.
Hank me observó de reojo. ¿Habrían escondido a Birgit en alguna de ellas?
Intenté disipar las dudas que Zhitomiri pudiera tener.
—El padre Rheinholdt es un excavador de primera clase, muy cuidadoso y
minucioso en su trabajo.
—No lo sabía. Lo único que a mí me interesa sacar de la tierra son las sustancias
químicas.
www.lectulandia.com - Página 159

