Page 185 - Las ciudades de los muertos
P. 185
usted más feliz si hubiese ignorado todo esto —hizo un gesto con el brazo, abarcando
toda la habitación.
—¿Usted cree? —Hank permanecía aún de rodillas, junto a Birgit. Se incorporó,
tambaleándose.
—Con toda seguridad. La gente acostumbra ser más feliz cuanto más ignorante
es. Las verdades, los secretos más profundos son para los sacerdotes.
Mi odio por aquel hombre era tan fuerte que me vi obligado a decir algo.
—¿Tenían que morir de este modo? ¿Tenía que asesinarlos así?
—Juzgué que un alma que se separa de su cuerpo de una forma brusca y
horrible… se volverá a unir a ella con más rapidez.
No seguía su razonamiento.
—Hace usted que todo esto suene tan clínico…
—La muerte es un fenómeno clínico, al igual que la vida.
—Y, por lo que parece, también el sacerdocio. Con toda seguridad la Iglesia
católica debe de tener dinero suficiente para financiar sus…, su «trabajo de
misionero» sin tener que recurrir a esto.
Se echó a reír.
—¿Es eso lo que piensa? ¿Que hice esto por dinero? —al parecer no le había
gustado que sugiriera esta posibilidad. Lo observé mientras se dirigía a la mesa en la
que Hank había colocado a la niña y le cruzó las piernas—. Tal como dije, vine a
Egipto a aprender lo que Cristo había aprendido aquí, los secretos de la vida eterna, lo
que Él hizo a esos pequeños animales, lo que Él hizo con Lázaro y lo que finalmente
hizo consigo mismo. —Sonrió. Se estaba divirtiendo con todo el asunto—. Utilicé
varios antiguos papiros mágicos para guiar mis investigaciones. Las plegarias, los
rituales de momificación… Necesitaba cuerpos para reanimar, así que… —hizo un
vago gesto con la mano—. El dinero que conseguía vendiendo las momias fue una
inesperada compensación. Fue idea de Ahmed Abd-er-Rasul.
—Podría haber comprado las momias.
—Demasiado costoso.
—Pues entonces, buscarlas en las excavaciones.
—Demasiado tiempo perdido. Al principio, mis experimentos no obtuvieron
resultado. Era desalentador. Pero durante uno de mis viajes a Benhà para vender
momias encontré el pájaro de arcilla en la pirámide y recordé la historia del joven
Cristo. Sabía que había encontrado lo que buscaba. Inscritos dentro de la pirámide de
Khasekhemui estaban los hechizos y ahora tengo lo que deseo, sé lo que Cristo supo
en su momento.
»Estos cuerpos… —abarcó con un gesto todo el monasterio—. Los puedo obligar
a hacer cualquier cosa. Puedo devolverlos al mundo de los vivos. Estos de aquí no
son sujetos perfectos, ya que la momificación no ha sido finalizada, pero por el
www.lectulandia.com - Página 185