Page 171 - Biografia
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Jorge Humberto Barahona González
país y por ende, los ingresos de toda la compañía, que en ese momento, tenía su
sede principal en la ciudad de Medellín. Fuimos incorporados 30 bachilleres, quienes
agradecimos eternamente, la decisión que había tomado don Alberto, como siempre lo
conocimos.
Tuve el agrado de conocer a don Alberto unos meses después de estar en nómina,
yo era el delegado de liquidación al comité de deportes de la embotelladora de Bogotá
y él era el presidente del club deportivo “premio”, lógicamente, en las reuniones de este
club, se tomaban decisiones importantes para el beneficio y bienestar de los coca-colos
de Bogotá y, por ende, de las demás embotelladoras del país. Semestralmente había
renovación de las directivas del club, en una de esas, fui nombrado secretario, y lógica-
mente, empecé a conocer a este genio de la publicidad, el mercadeo y las relaciones
publicas de esa época, Alberto Ramírez.
Desde 1980, estoy aprendiendo de él. Me enseño como se debe manejar las relacio-
nes humanas y públicas, en la vida profesional y familiar de una persona. Tuvo una ca-
racterística especial, siempre le gusto guiarme y enseñarme en lo práctico, poca teoría
y mucha practica en los eventos. Cuando tuve el agradable honor de ser parte de su
grupo de trabajo, ya que fue mi jefe inmediato de 1980 a 1993, primero como promotor
de publicidad y ventas, y ya en la culminación de mi carrera, como supervisor de propa-
ganda. Mi admiración como subalterno y amigo personal de don Alberto, es grandiosa.
Este ángel de Beto, créanme, mis estimados lectores y lectoras, fue y siempre será
fundamental en mi desarrollo profesional y personal. Ahora que ambos estamos pen-
sionados y retirados de nuestras actividades profesionales, le manifiesto a don Alberto
de Jesús Ramírez Restrepo, gracias por todo lo que hizo por mí y por mi familia. Gra-
cias… por haberme enseñado a ser buen amigo, leal con mis compañeros de trabajo y
desarrollar micro o macro proyectos de publicidad y mercadeo
CARLOS OSMA FAJARDO
Uno de los decanos de la publicidad y mercadeo en Colombia, veterano comen-
tarista deportivo. Lo conocí recién egresado el colegio superior de telecomunicacio-
nes, y empezaba a realizar mis prácticas como locutor profesional. En esa época, este
ángel manejaba las transmisiones de futbol hexagonal del Olaya Herrera, en el mes de
diciembre y me daba la oportunidad de leer comerciales al aire, o de hacer pequeños
comentarios en el partido.
Viviré eternamente agradecido con él, porque jamás fue egoísta conmigo, al contra-
rio, aunque mi voz no era comercialmente muy atractiva, siempre me decía: “Usted
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