Page 173 - Biografia
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Jorge Humberto Barahona González
En la actualidad, aun cuento con su amistad, de vez en cuando nos reunimos (ya
ambos pensionados y retirados), nos tomamos muchos “amarillos” y recordamos viejos
tiempos, que fueron los mejores. Para Carlos Osma, mi ángel, un hombre noble y de
sentimientos altruistas, un millón de gracias.
RAÚL ESPINOSA CABALLERO
“El mocho-viejo”
Otro de los decanos, de la publicidad y mercadeo en Colombia. Lo conocí cuando
trabajaba como promotor de publicidad y ventas con “Malta-Andina” (mi competencia
en refrescos), producto de la desaparecida cervecería andina, después comprada, por
cervecería del litoral (cerveza águila). Cuando Salí al ruedo como promotor de Co-
ca-Cola en propiedad, a ejercer todo lo que había aprendido en teoría y que ahora
debía ponerlo en práctica, para saber si servía o no.
Para este cuento, uno de mis primeros eventos, fue en el “campincito”, cancha de
futbol alterna al estadio Nemésio Camacho “El Campín”. Fue atortolante, comenzado
por las camionetas de la competencia, Malta-andina, estaba bellamente decorada con
el nombre, tenía cuatro cornetas para sonido, con una extensión para el micrófono de
10 metros de largo, un mueble para degustación del producto, era espectacular. La ca-
mioneta que yo tenía, era una Dodge Custom, únicamente con dos cornetas, no llevaba
mueble de degustación, era un novato, y para acabar de completar, llegue a las 8 de
la mañana, y la camioneta de la competencia, según lo que me dijeron, había llegado
desde las 7 de la mañana.
Se había parqueado en el sitio que nos habían asignado, con sonido prendido y
dando la degustación… entonces pensé… aquí va a haber guerra, me van a volver
naco. Sin embargo, afortunadamente, siempre he sido frentero (el toro por los cachos)
saqué mi cultura y profesionalismo, iba dispuesto a pelear, pero me encontré con un
tipo veterano, amable y profesional, y desde ese momento, hasta que nos retiramos, en
cualquier evento o en cualquier compañía que nos encontráramos, siempre trabajamos
en “llave”.
Desde ese momento, Raulito Espinosa, o como lo conocemos, “El mocho viejo”, se
convirtió en mi amigo, mi llave, mi ángel en promociones, eventos, ferias y fiestas en
poblaciones etc…etc. Acate sus consejos e indicaciones en el manejo, presentación,
decoración y desarrollo de cualquier evento importante, para las compañías a las que
representábamos. Me enseñó a pararme frente a un micrófono en una tarima, coliseo
o escenario, a ser presentador y animador, a ser periodista y reportero, a manejar
los viáticos, a saber representar con ética profesional las empresas para las cuales
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