Page 177 - Biografia
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Jorge Humberto Barahona González
Sin embargo, yo continúe en la iglesia católica, apostólica y colombiana, acogí la bi-
blia como mi lectura preferida, pero por convencimiento, continuo en la iglesia católica,
la que me enseñaron mis padres.
La vida siguió dando vueltas, yo estaba de administrador del hotel el Campano en
Coveñas y una mañana, me dice la recepcionista del hotel: “Don Jorge, lo solicita una
señora aquí en recepción”, me pareció raro que preguntaran por mi, pero, quien creen
que era…? Si señores, mi ángel, nuevamente después de varios años, me busco por
intermedio de mi madre, después de los saludos y pasar la sorpresa agradable, me
dice: “Mi Jorgito, así te vi en mis sueños hace ocho días (ver dibujo), a ti te esta pasan-
do algo, vengo a ayudarte”, me dejo paté, mudo, porque efectivamente así estaba
yo. Inmediatamente me dio dinero, consejos
e indicaciones, para que no siguiera sufriendo
más en Coveñas, yo, por orgullo, no le había
contado mis graves problemas a nadie, cuan-
do quiera se los cuento, sino, dejemos así ahi-
jadito.
Nuevamente Beatriz se me perdió, de esto
hace más de 18 años, pero como me dijo ella
el día que nos despedimos en Coveñas: “Mi
Jorgito, yo cumplo misiones que me dice el se-
ñor Jesús”. Cuando me reencuentre con este
ángel, nos tomaremos un ricooo vino tinto (que
a ella le fascina), como al señor Jesús le gus-
taba hacerlo en sus correrías. Para mi ángel,
un millón de gracias, porque sin la ayuda de
ella, no hubiera podido organizar, ni afrontar
mi nueva vida.
Que mi Dios la bendiga…! Y donde estés Betty, eternamente agradecido, por haber-
me hecho comprender muchas cosas.
CECILIA C.J
Este ángel es muy especial, ya que siempre estuvo en mi vida cuando todo era os-
curo para mí. Se convirtió en mi confidente, en mi consejera, en la mujer ecuánime que
me permitió tomar las decisiones delicadas, que había que tomar en mi vida en ese
momento, y que, por su bienestar y seguridad, yo no le podía comentar.
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