Page 352 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Otras virtudes monásticas    341
       lidades opuestas. En ello estriba el espíritu de la servidumbre. De ahí
       el temor que sienten, cuando se ven tentados de ofender a Dios. Otra
       cualidad es la esperanza, cuando la desesperación intenta adueñarse
       de sus almas.
          Apartan sus ojos de todo espectáculo que la ley revelada no esti-
       ma loable y se ocupan, en cambio, en el examen de sus propios defec-
       tos, cuidándose exclusivamente de  la salud de sus almas, mientras
       hacen como que no ven los defectos ajenos, porque de sus prójimos
       nunca piensan mal.
          Otra de sus cualidades es la de no acostumbrar sus lenguas a ha-
       blar más que bien, y esto, aun de cosas que son malas, a semejanza
       de Jesús que, al ver un cerdo, le dijo: "Vete en paz", y al preguntarle
       por qué le había dicho eso, respondió: "Es que me repugna acostum-
       brar a mi lengua a proferir palabras que no sean buenas."  (1). Del
       mismo género es el ejemplo del Profeta (Mahoma),  el cual, al pasar
       junto a un perro muerto y oír que sus compañeros decían: "¡Qué mal
       huele!", replicó: "¡Qué blancos son sus dientes!" (2).
          Otra de sus cualidades es la modestia en el mirar y la compostura
       en el andar sin prisas. Ni siquiera de sus propios actos se dan cuen-
       ta, porque no ven en ellos otra cosa que las gracias que Dios les otor-
       ga y los decretos de su sabia providencia y gobierno.
          Otra de sus cualidades es  el silencio: callan, siempre que lo que
       han de decir no es simpliciter bueno; y así, antes de hablar, examinan
       con cuidado lo que van a decir:  si con recta intención ven que ha de
       serles útil para su salud espiritual, entonces hablan, y si ven que no
       ha de servirles para acercarse a Dios y avivar en el alma su presencia,
       guardan silencio.
          Otra de sus cualidades es el celo en la corrección fraterna: amones-
       tan al prójimo acerca de sus deberes positivos y negativos, aun tra-
       tándose de aquellos sujetos a quienes el mundo teme y de quienes el
       mundo espera, es decir, los sultanes, los reyes y los califas, porque,

         (1)  Cfr. Asín, Logia et agrapha D. Jesu, núm. 28.
         (2)  Cfr. Asín, Logia, núm. 29.
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