Page 353 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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342          Parte III.—Textos: Amr, 111, 112
       haciéndolo por Dios, ni se asustan de los reproches de nadie, ni se
       avergüenzan de decir la verdad, sea a quien sea.
          Otra de sus virtudes es la de arreglar las diferencias con política
       y con caridad.
          Otra de sus cualidades es la vergüenza de Dios: convencidos de
       que Dios siempre los está mirando, temen sus reproches,  si los ve
       moverse donde y cuando El se les tiene prohibido, o que faltan  allí
       donde El se les tiene mandado. Temen que, al escudriñar Dios sus co-
       razones, los encuentre [111] señoreados por alguien que no sea El, o
       dominados por amor apasionado de algo que no sea El, o por temor
       y vergüenza que no sea de Dios, por Dios y para Dios. Temen final-
       mente que, al penetrar Dios en lo más íntimo de sus conciencias, en-
       cuentre que en ellas anida la hipocresía.
          Otra de sus cualidades es la bondad de corazón para con todas
       las criaturas, que se manifiesta singularmente orando por la intención
       de todos los fieles, sirviendo a los pobres y tratando con misericordia
       y piedad a todos los siervos de Dios, racionales e irracionales. Un alfa-
       quí y profesor me contó en la ciudad de Mitilene lo siguiente: "Ha-
       bía en Bojara un gobernador que era  el más  tirano de los hom-
       bres. Montó un día a caballo y vió, al pasar, un perro tiñoso. Hacía un
       frío terrible aquel día. El gobernador dijo a sus hombres: "Levantad
       ese perro." Lo levantaron y se lo llevaron a su casa, donde lo rodeó
       de cuidados y lo trató muy bien. Cuando llegó la noche, oyó en sueños
       una voz que le decía: "¡Fulano! Eras un perro y por un perro te he-
       mos perdonado." He aquí, pues, el fruto de la piedad para con un pe-
       rro. Eso mismo consta en un hadiz del Profeta, consignado en  el
       Sahih (1) y relativo a la obra de misericordia para con los caminantes,
       que consiste en quitar del camino todo lo que pueda hacerles daño: "Un
       hombre quitó de la carretera una rama de espino, y Dios se lo agradeció
       perdonándole por ello sus pecados." Todo el que tiene corazón tierno,
       recibe su recompensa. Por eso mismo, los sufíes publican las buenas
       cualidades de sus prójimos y callan sus defectos, excepto  si se trata
         (1)  Colección de tradiciones auténticas de Mahoma, redactado por Bojari,
       en  el siglo IX de  C.
                  J.
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