Page 430 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Carismas del corazón
                    [18.°—CARISMAS DEL CORAZON]

          [141] Has de saber, hijo mío, que el corazón está entre dos de los
       dedos del Misericordioso:  si El quiere, lo mantiene en la rectitud, y
       si quiere, lo desvía del camino recto. Si lo desvía, entonces  el cora-
       zón viene a ser mansión de Satanás, morada de perdición, blanco de
       las miradas del demonio que ha perdido toda esperanza en la mise-
       ricordia de Dios, mina de sus sugestiones, corte y residencia de sus
       anhelos y alacena de cus engaños. En cambio,  si lo conserva en  la
       rectitud, entonces el corazón es el corazón del creyente, del puro, del
       austero siervo de Dios, del cual El mismo ha dicho: "No es capaz
       de contenerme ni mi tierra  ni mi cielo; pero lo es  el corazón de mi
       siervo." Y un corazón capaz de encerrar al Eterno ¿cómo ha de ad-
       vertir la existencia del ser temporal? En este grado de perfección mís-
       tica es donde el maestro de maestros Abuyezid  el Bistamí (1) estaba
       realmente cuando decía: "Aunque  el trono de Dios y cuanto en su
       esfera comprende fuese cien millones de veces mayor de  lo que  es,
       y estuviese dentro de uno de los rincones del corazón del contempla-
       tivo, ni lo sentiría siquiera." El corazón del siervo escogido de Dios
       es, pues, la casa de Dios mismo,  el blanco de sus miradas, la mina
       de sus conocimientos,  la corte y residencia de sus misterios,  el lugar
       de descenso de sus ángeles y la alacena de sus luces.
          [144] [Aunque del corazón derivan, como de su primitivo manan-
       tial, los carismas de los demás miembros del cuerpo, sin embargo  el
       corazón tiene también sus carismas propios y sus grados de ilumi-
       nación privativos y peculiares; pero con esta diferencia: que los gra-
       dos de iluminación, que van anejos a los carismas de cada órgano
       corpóreo, pueden lograrse sin sus respectivos carismas, mientras que
       el corazón no alcanza ninguno de sus grados peculiares de ilumina-
       ción, sin que vaya acompañado de su carisma respectivo.]
          [145] [Uno de los carismas del corazón es la intuición de los fe-
       nómenos, antes de que se realicen. Otro es  el penetrar e! misterio de

         (1)  Cfr. supra, pág. 413, nota  2.
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