Page 460 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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La aspiraaon no basta para la iluminación 449
do las practica, sin que su aspiración tienda a ningún otro objeto, tras
ellas, que no sea el conseguir el cielo, entonces ese hombre es lo que
se llama el devoto, es decir, el de la ablución y la oración litúrgica (1).
Así también, si su aspiración tiende a algo que esté más allá de las
prácticas de devoción, pero sin prepararse con las prescripciones di-
chas, no logrará que se le revele cosa alguna; ni le servirá de nada
su mera aspiración. Antes bien, a lo que más se asemejará ese tal será
al enfermo, cuyas fuerzas han decaído por completo: aunque tenga vo-
luntad y aspiración de moverse, si el órgano del movimiento le falta,
¿llegará acaso con sola su aspiración al logro de su deseo? Es, pues,
indispensable que el sujeto se prepare, no sólo con la aspiración, sino
también con los otros requisitos. Y cuando llegue a la unión extática
con Dios, su aspiración se desvanecerá, porque lo ya logrado no se
desea. Dirás que tampoco puede desear el que ya llegó [a los grados
anteriores] ; pero eso es tan sólo porque se siente como atontado de
admiración al levantarse los velos: el conocimiento de Dios que logra
en la contemplación le mueve a dirigirse hacia algo divino, que esté
por encima de lo que se le manifiesta personalmente a él, no de lo
que en absoluto se manifiesta, pues lo que de Dios se manifiesta, aun-
que en sí mismo sea una sola realidad, los modos o aspectos son [30]
infinitos y estos aspectos son las huellas o efectos de Dios en nosotros.
No cesa, por eso, el sabio, entre los místicos, de andar siempre y a
toda hora sediento, y tampoco el don divino cesa nunca jamás de co-
municársele. ¡Que por lograr esto practiquen el bien los que lo practi-
can y que a esta meta aspiren a porfía los que ardientemente la desean!
(1) Traduzco así el texto ^\ j^t^\^ ^3-L¿?, que a la letra signi-
fica "el del agua y del mihrab u oratorio".
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