Page 467 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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456 Parte \U.— Textos: Fotuhat, II, 426, 427
[3.°—TRATADO DEL AMOR MISTICO]
[II, 426] Has de saber que el grado místico del amor es un noble
grado, pues él es la raíz del ser:
Del amor hemos nacido;
Con amor fuimos creados;
Por eso al amor tendemos
Y amor nos toma en sus brazos.
Cuatro sobrenombres tiene este grado: 1.° El amor, que designa
la pureza de este sentimiento, en cuanto que el corazón está puro de
todo otro afecto accidental que turbe la limpieza de aquél; de modo
que el corazón no se proponga ni apetezca cosa alguna asociada con
el objeto de su amor. 2.° El cariño, que es el amor constante (1). 3.° La
pasión, que es el exceso del amor, es decir, el amor envolviendo dentro
de sus pliegues al amante, tan por completo, que penetre a través de
todas sus partes y lo rodee y cubra como con un manto. 4.° La simpa-
tía, que es la entera absorción y cautiverio de la voluntad por el ama-
do, desde el primer momento que se entra en el corazón. Puede nacer
este sentimiento de varias causas: una mirada, una noticia, un favor,
etcétera.
[427] Uno de los más deilicados fenómenos que en el amor se ob-
servan es este que yo he tenido ocasión de experimentar: notas en ti
una pasión vehemente, un deseo vivísimo, una agitación emotiva, un
amor ardiente, que llegan a determinar hasta debilidad física, enfla-
quecimiento o fatiga morbosa, imposibilidad de conciliar el sueño y
pérdida del gusto en la comida; pero a todo esto, ignoras por quién y
para quién: no puedes determinar el objeto de tu amor. Esto es lo más
sutil de lio que yo he encontrado en el amor, por experiencia propia.
(1) El texto añade algunas alusiones a los nombres divinos derivados de
esta palabra y a algunos pasajes alcoránicos que no alteran el sentido ni aña-
den idea alguna notable. En este tratado del amor, lo mismo que en todo el
Fotuhat y en sus otros libros, Abenarabi pierde con frecuencia el hilo de su
discurso para emprender digresiones más o menos coherentes con la idea prin-
cipal. Yo he omitido casi siempre la versión de estas digresiones, para hacer
menos oscura esa idea central.