Page 474 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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El objeto del amor es sólo Dios  463
       noticias positivas de que Dios es esto y lo otro, aunque tales atributos,
       tomados literalmente, sean absurdos para la razón filosófica, entonces
       ya le amamos por esos atributos positivos. Y después de que la Reve-
       lación ha ofrecido a nuestra consideración estas relaciones, establecien-
       do positivamente causas y relaciones capaces de determinar en nos-
       otros el amor, entonces añade: "Como Dios no hay nada", y así afirma
       con más fuerza los motivos que nos obligan a amarle, y que la razón
       filosófica había antes negado.
          Tal es el sentido de aquel texto (1)  : "Creé a las gentes y me di a
       conocer a ellas y me conocieron." Dios no se nos ha dado a conocer
       de otra manera, que por medio de las noticias que nos ha comunicado
       acerca del amor que nos tiene, de su misericordia para con nosotros,
       de su dulzura, de su tierna solicitud, de su amistad, y humillándose
       hasta limitar su ser por símiles creados, para que así pudiéramos repre-
       sentarnos de algún modo su excelsitud y tomarlo por blanco de nues-
       tras miradas dentro de nuestros corazones, delante de nuestros ojos,
       dentro de nuestra imaginación, en  tal forma que pareciese como  si
       lo viéramos, dije mal, en tal forma que lo viéramos realmente en nos-
       otros mismos. Nuestro conocimiento de Dios, en efecto, no se debe a
       nuestra especulación racional, sino a lo que El mismo nos ha enseñado,
       y, en cambio, algunos de nosotros lo ven y, sin embargo, lo ignoran.
          De la misma manera que Dios no necesita de ningún otro ser, asi
       tampoco ama Dios en las cosas más que a sí mismo. El es, por consi-
       guiente,  el que en todo ser amado se manifiesta a los ojos de todo
       amante, y como que en los seres no existe más que el Amante, resulta
       que el universo entero es Amante y Amado. A El se reduce todo (2). Y
       dígase lo propio de la adoración: nadie más que Dios es adorado, pues
       [431] es imposible que una cosa o persona sea adorada, si no nos re-
       presentamos en ella a la Divinidad; sin esto, no sería adorada. Que es
       lo que dice  el Altísimo (3)  : "Dios ordena que no adoréis más que a

         (1)  No es alcoránico, sino de tradiciones proféticas.
         (2)  Este pasaje oscuro y paradójico tiene su explicación en  el panteísmo
       místico de Abenarabi.
         (3)  Alcorán, XVII, 24.
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