Page 502 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
P. 502

La simpatía, el amor y la pasión  491
        cia y no sigas tu inclinación." Es decir, no vayas tras lo que amas tú,
        sino tras lo que amo Yo, o sea, el juzgar conforme a !o que Yo te he
        preceptuado. Y luego añadía: "Pues tu inclinación te extraviará de! ca-
        mino de Dios." Es decir: te dejará perplejo y turbado y te cegará has-
        ta el punto de que no verás el camino que te he señalado y por el cual
        te he pedido que anduvieses. En este texto, la inclinación es lo que el
        hombre ama; y Dios  le ordena que abandone eso que ama, siempre
        que coincida con un camino distinto del establecido por Dios.
          Pero me dirás quizá: Entonces, Dios prohibe al hombre una cosa,
        de la cual éste no cabe que se abstenga; porque el amor ése, llamado in-
        clinación pasional o simpática, ejerce sobre el hombre un dominio tan
        violento, que con ella no puede coexistir el uso de la razón.
          A esto responderé que Dios no le impone al hombre como obliga-
        ción el destruir o hacer que desaparezca dicha inclinación, puesto que
        ésta no cesa jamás. Lo único que hay es que el objeto de ella puede ser
        vario, según ya dijimos, y puede residir en un solo sujeto o en muchos.
        Ahora bien; hemos demostrado asimismo que la inclinación simpática,
        que es el amor, consiste esencialmente en querer la unión, la cual unión
        puede residir en uno- o en varios sujetos. Lo que Dios, pues, pide al
        hombre es que tome por objeto de su adhesión amorosa  el deber, la
        justicia, que  le ha preceptuado, que es el camino de Dios, en vez de
       seguir otros caminos distintos. Esto es lo que significan las palabras:
        "y no sigas tu inclinación"; porque Dios no exige  al hombre lo que
       éste no puede hacer.
          [444] El segundo sobrenombre,  el amor, se aplica para significar
       que esa inclinación amorosa es sincera en su adhesión  al camino de
       Dios, con exclusión de los demás caminos. Cuando está así depurada
       y limpia de todos los otros objetos extraños, que con su asociación a
       aquel objeto único la enturbiaban, se llama ya amor, por razón de su
       pureza y limpidez.
          El otro sobrenombre es la pasión, que designa el exceso del amor
       o el amor excesivo. Es decir, que este sobrenombre se aplica a aque-
       lla inclinación amorosa que, además de  ser adhesión sincera  a un
       solo objeto—en  lo cual consiste  el amor—y además de manifestarse
   497   498   499   500   501   502   503   504   505   506   507