Page 151 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
—Le prometo que si yo veo cualquier evidencia de pe
sadillas, la despertaré inmediatamente.
—¿Lo hará? ¿De verdad? ¡Qué bueno es usted conmi
go! Entonces, dormiré.
Y casi al mismo tiempo dejó escapar un profundo suspi
ro de alivio, y se hundió en la almohada, dormida.
Toda la noche estuve a su lado. No se movió ni una vez,
sino que durmió con un sueño tranquilo, reparador. Sus labios
estaban ligeramente abiertos, y su pecho se elevaba y bajaba
con la regularidad de un péndulo. En su rostro se dibujaba una
sonrisa, y era evidente que no habían llegado pesadillas a per
turbar la paz de su mente.
Temprano por la mañana llegó su sirvienta; yo la dejé al
cuidado de ella y regresé a casa, pues estaba preocupado por
muchas cosas. Envié un corto telegrama a van Helsing y a Art
hur, comunicándoles el excelente resultado de la transfusión. Mi
propio trabajo, con todos sus contratiempos, me mantuvo ocu
pado durante todo el día; ya había oscurecido cuando tuve opor
tunidad de preguntar por mi paciente zoófago. El informe fue
bueno; había estado tranquilo durante el último día y la última
noche.
estaba
Mientras cenando, me llegó un telegrama de van
Helsing, desde Ámsterdam, sugiriéndome que me dirigiera a
Hillingham por la noche, ya que quizá sería conveniente estar
cerca, y haciéndome saber que él saldría con el correo de la
noche y que me alcanzaría temprano por la mañana.
9 de septiembre. Estaba bastante cansado cuando lle
gué a Hillingham. Durante dos noches apenas había podido
dormir, y mi cerebro estaba comenzando a sentir ese entumeci
miento que indica el agotamiento cerebral. Lucy estaba levanta
da y animosa.
Al estrecharme la mano me miró fijamente a la cara, y di
jo:
—Usted no se sentará hoy toda la noche. Está acabado.
Yo ya estoy bastante bien otra vez; de hecho, me siento perfec
tamente, y si alguien va a cuidar a alguien, entonces yo seré
quien lo cuide a usted.
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