Page 172 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
pero no obtuve respuesta, por lo que bajé al comedor a buscar
las.
Mi corazón se encogió cuando vi lo que había sucedido.
Las cuatro yacían indefensas en el suelo, respirando pesada
mente. La garrafa del jerez estaba sobre la mesa medio llena,
pero había alrededor un raro olor acre. Tuve mis sospechas y
examiné la garrafa. Olía a láudano, y mirando en la alacena
encontré que la botella que el doctor de mi madre usa para ella
(¡oh, usaba!) estaba vacía. ¿Qué debo hacer? ¿Qué debo ha
cer? Estoy de regreso en el cuarto, con mamá. No puedo aban
donarla, y estoy sola, salvo por las sirvientas dormidas, que al
guien ha narcotizado. ¡Sola con la muerte! No me atrevo a salir,
pues oigo el leve aullido del lobo a través de la rota ventana. El
aire parece lleno de manchas, flotando y girando en la corriente
de la ventana, y las luces destellan azules y tenues. ¿Qué debo
hacer? ¡Dios me proteja de cualquier mal esta noche! Esconderé
este papel en mi seno, donde lo encontrarán cuando vengan a
amortajarme. ¡Mi querida madre se ha ido! Ya es tiempo de que
yo también me vaya.
Adiós, querido Arthur, si no logro sobrevivir esta noche. Que
Dios te proteja, querido, ¡y que Dios me ayude!
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