Page 198 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
que podían dejar a su hija ya sea sin un centavo, o no tan libre
como debiera ser para actuar teniendo en cuenta una alianza
matrimonial. De hecho, presionamos tanto sobre el asunto que
casi llegamos a un choque, pues ella nos preguntó si estábamos
o no estábamos preparados para cumplir sus deseos. Por su
puesto, no tuvimos otra alternativa que aceptar. En principio,
nosotros teníamos razón, y noventa y nueve veces de cada cien
hubiéramos podido probar, por la lógica de los acontecimientos,
la cordura de nuestro juicio. Sin embargo, francamente, debo
admitir que en este caso cualquier otra forma de disposición
hubiera resultado en la imposibilidad de llevar a cabo sus de
seos. Pues su hija hubiera entrado en posesión de la propiedad
y, aunque ella sólo le hubiera sobrevivido a su madre cinco mi
nutos, su propiedad, en caso de que no hubiera testamento, y un
testamento era prácticamente imposible en tal caso, hubiera sido
tratada a su defunción como ab intestato. En cuyo caso, lord
Godalming, aunque era un amigo íntimo de ellas, no podría tener
ningún derecho. Y los herederos, siendo parientes lejanos, no
abandonarían tan fácilmente sus justos derechos, por razones
sentimentales referidas a una persona totalmente extraña. Les
aseguro, mis estimados señores, que estoy feliz por el resultado;
muy feliz.
Era un buen tipo, pero su felicidad por aquella pequeña
parte (en la cual estaba oficialmente interesado) en medio de
una tragedia tan grande, fue una lección objetiva de las limita
ciones dela conmiseración.
No permaneció mucho tiempo, pero dijo que regresaría
más tarde durante el día y vería a lord Godalming. Su llegada,
sin embargo, había sido un cierto alivio para nosotros, ya que
aseguraba que no tendríamos la amenaza de críticas hostiles
por ninguno de nuestros actos. Se esperaba que Arthur llegara a
las cinco, por lo que poco antes de esa hora visitamos la cámara
mortuoria. Y así podía llamarse de verdad, pues ahora tanto
madre como hija yacían en ella. El empresario de pompas fúne
bres, fiel a su habilidad, había hecho la mejor exposición de sus
bienes que poseía, y en todo el lugar había una atmósfera tétrica
que inmediatamente nos deprimió. Van Helsing ordenó que se
pusiera todo como estaba antes, explicando que, como pronto
llegaría lord Godalming, sería menos desgarrador para sus sen
timientos ver todo lo que quedaba de su fiancée a solas. El em
presario pareció afligido por su propia estupidez y puso todo
empeño en volver a arreglarlo todo tal como había estado la
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