Page 222 - Drácula
P. 222
Drácula de Bram Stoker
Fue muy divertido oír que este anciano de rostro fuerte y
amable llamara a mi esposa "señora Mina". Sonreí, y le dije:
—Estaba enfermo, y tuve una fuerte impresión: pero us
ted ya me curó.
—¿Y cómo?
—Mediante su carta a Mina, anoche. Yo sentía incerti
dumbre, y entonces todo tomaba un halo de sobrenaturalidad, y
yo no sabía en qué confiar; ni siquiera en la evidencia de mis
sentidos. No sabiendo en qué confiar, no sabía tampoco qué
hacer; y entonces sólo podía mantenerme trabajando en lo que
hasta aquí había sido la rutina de mi vida. La rutina cesó de
serme útil, y yo desconfié de mí mismo. Doctor, usted no sabe lo
que es dudar de todo; incluso de uno mismo. No, usted no lo
sabe, usted no podría saberlo con esas cejas que tiene.
Pareció complacido, y rió mientras dijo:
—¡Así es que usted es un fisonomista! Cada hora que
pasa aprendo algo más aquí.
Voy a desayunarme con ustedes con mucho gusto, y,
¡oh, señor!, usted permitirá una alabanza de un viejo como yo,
pero usted tiene una mujer que es una bendición.
Yo escucharía alabanzas de él para Mina durante un día
entero, por lo que simplemente hice un movimiento con la cabe
za y guardé silencio.
—Ella es una de las mujeres de Dios, confeccionadas
por sus propias manos para mostrarnos a los hombres y a otras
mujeres que existe un cielo en donde podemos entrar, y que su
luz puede estar aquí en la tierra. Tan veraz, tan dulce, tan noble,
tan desinteresada, y eso, permítame decirle a usted, es mucho
en esta edad tan escéptica y egoísta. Y usted, señor, he leído
todas las cartas para la pobre señorita Lucy, y algunas de ellas
hablan de usted, de tal manera que por medio del conocimiento
de otros lo conozco a usted desde hace algunos días; pero he
conocido su verdadera personalidad desde anoche. Me dará
usted su mano, ¿verdad que sí? Y seamos amigos para toda la
vida.
Nos estrechamos las manos, y él se comportó tan serio
y tan amable que por un momento me sentí sofocado.
221