Page 227 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
hombres que viven si se les permite, es decir, que hay unos
hombres y mujeres que no mueren de muerte natural? Todos
sabemos, porque la ciencia ha atestiguado el hecho, que algu
nos sapitos han estado encerrados en formaciones rocosas du
rante miles de años, en un pequeño agujero que los ha sosteni
do desde los primeros años del mundo. ¿Puede usted decirme
cómo el faquir hindú puede dejarse morir y enterrar, y sellar su
tumba plantando sobre ella maíz, y que el maíz madure y se
corte y desgrane y se siembre y madure y se corte otra vez, y
que entonces los hombres vengan y retiren el sello sin romper y
que ahí se encuentre el faquir hindú, no muerto, sino que se
levante y camine entre ellos como antes?
Y al llegar aquí lo interrumpí. Me estaba descontrolando;
de tal manera estaba amontonando en mi mente su lista de to
das las excentricidades e imposibilidades "posibles" que mi ima
ginación parecía haber cogido fuego. Tuve la vaga idea de que
lección,
me estaba dando alguna clase de como solía hacerlo
hacía algún tiempo en su estudio en Ámsterdam; pero él solía
decirme la cosa de manera que yo pudiera tener el objeto en la
mente todo el tiempo. Mas ahora yo estaba sin esta ayuda, y sin
embargo lo quería seguir, por lo que dije:
—Maestro, permítame que sea otra vez su discípulo
predilecto. Dígame la tesis, para que yo pueda aplicar su cono
cimiento a medida que usted avanza. De momento voy de un
punto a otro como un loco, y no como un cuerdo que sigue una
idea. Me siento como un novicio dando traspiés a través de un
pantano envuelto en la niebla, saltando de un matorral a otro en
el esfuerzo ciego de andar sin saber hacia dónde voy.
—Esa es una buena imagen —me dijo él—. Bien, se lo
diré a usted. Mi tesis es esta: yo quiero que usted crea.
—¿Qué crea qué?
—Que crea en cosas que no pueden ser. Permítame
que lo ilustre. Una vez escuché a un norteamericano que definía
la fe de esta manera: "Es esa facultad que nos permite creer en
lo que nosotrossabemos que no es verdad." Por una vez, seguí
a ese hombre. Él quiso decir que debemos tener la mente abier
ta, y no permitir que un pequeño pedazo de la verdad interrumpa
el torrente de la gran verdad, tal como una piedra puede hacer
descarrilar a un tren. Primero obtenemos la pequeña verdad.
¡Bien! La guardamos y la evaluamos; pero al mismo tiempo no
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