Page 228 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker


                  debemos permitir que ella misma se crea toda la verdad del
                  universo.
                         —Entonces, usted no quiere que alguna convicción pre
                  via moleste la receptividad de mi mente en relación con algo
                  muy extraño. ¿Interpreto bien su lección?
                         —¡Ah! Usted todavía es mi alumno favorito. Vale la pena
                  enseñarle. Ahora que está deseoso de entender, ha dado el
                  primer paso para entender. ¿Piensa usted que esos pequeños
                  agujeros en las gargantas de los niños fueron hechos por lo
                  mismo que hizo los orificios en la señorita Lucy?
                         —Así lo supongo.
                         Se puso en pie y dijo solemnemente:
                         —Entonces, se equivoca usted. ¡Oh, que así fuera! ¡Pe
                  ro no lo es! Es mucho peor, mucho, pero mucho peor.
                         —En nombre de Dios, profesor van Helsing, ¿qué es lo
                  que usted quiere decir?
                         Se dejó caer con un gesto de desesperación en una si
                  lla, y puso sus codos sobre la mesa cubriéndose el rostro con las
                  manos al hablar.

                  —¡Fueron hechos por la señorita Lucy!.































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