Page 239 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker


                  cuanto a mí, pasaré esta noche aquí en el cementerio. Mañana
                  por la noche vaya a recogerme al hotel Berkeley a las diez. Avi
                  saré a Arthur para que venga también, y también a ese fino jo
                  ven de América que dio su sangre. Más tarde, todas tendremos
                  mucho que hacer. Yo iré con usted hasta Piccadilly y cenaré ahí,
                  pues debo estar de regreso aquí antes de la salida del sol.
                         Así pues, echamos llave a la tumba y nos fuimos, y es
                  calamos el muro del cementerio, lo cual no fue una tarea muy
                  difícil, y condujimos de regreso a Piccadilly.
                  Nota dejada por van Helsing en su abrigo, en el hotel Berkeley,
                                          y dirigida a
                               John Seward, M. D. (sin entregar).

                         27 de septiembre
                         "Amigo John:
                         "Le escribo esto por si algo sucediera. Voy a ir solo a vi
                  gilar ese cementerio de la iglesia. Me agradaría que la muerta
                  viva, o "nomuerta", la señorita Lucy, no saliera esta noche, con
                  el fin de que mañana a la noche esté más ansiosa. Por consi
                  guiente, debo preparar ciertas cosas que no serán de su agrado:
                  ajos y un crucifijo, para sellar la entrada de la tumba. No hace
                  mucho tiempo que es muerta viva, y tendrá cuidado. Además,
                  esas cosas tienen el objeto de impedir que salga, puesto que no
                  pueden vencerla si desea entrar; porque, en ese caso, el muerto
                  vivo está desesperado y debe encontrar la línea de menor resis
                  tencia, sea cual sea. Permaneceré alerta durante toda la noche,
                  desde la puesta del sol hasta el amanecer, y si existe algo que
                  pueda observarse, lo haré. No tengo miedo de la señorita Lucy
                  ni temo por ella; en cuanto a la causa a la que debe el ser muer
                  ta viva, tenemos ahora el poder de registrar su tumba y guare
                  cernos. Es inteligente, como me lo ha dicho el señor Jonathan, y
                  por el modo en que nos ha engañado durante todo el tiempo que
                  luchó con nosotros por apoderarse de la señorita Lucy. La mejor
                  prueba de ello es que perdimos. En muchos aspectos, los muer
                  tos vivos son fuertes. Tienen la fuerza de veinte hombres, e in
                  cluso la de nosotros cuatro, que le dimos nuestras fuerzas a la
                  señorita Lucy. Además, puede llamar a su lobo y no sé qué pue
                  da suceder. Por consiguiente, si va allá esta noche, me encon
                  trará allá; pero no me verá ninguna otra persona, hasta que sea
                  ya demasiado tarde. Empero, es posible que no le resulte muy
                  atractivo ese lugar. No hay razón por la que debiera presentarse,




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