Page 269 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
la entrega de las cajas en Carfax. Nuevamente, descubrí que el
duplicado correspondía exactamente; los portadores estaban en
condiciones de complementar la parquedad de los documentos
con unos cuantos detalles. Pronto supe que esos detalles esta
ban relacionados con lo sucio del trabajo y con la terrible sed
que les produjo a los trabajadores. Al ofrecerles la oportunidad,
más tarde, para que la calmaran, uno de los hombres hizo notar:
—Esa casa, señor, es la más abandonada que he visto
en toda mi vida. ¡Caramba! Parece que hace ya un siglo que
nadie la ha tocado. Había una capa tan gruesa de polvo que
hubiéramos podido dormir en el suelo sin lastimarnos los riño
nes, y tan en desorden que parecía el antiguo templo de Jerusa
lén. Pero la vieja capilla... ¡Fue el colmo de todo! Mis compañe
ros y yo pensamos que nunca saldríamos de esa casa bastante
pronto. ¡Cielo santo! ¡Por nada del mundo me quedaría allí un
solo instante después de anochecer!
Puesto que yo había estado en la casa, no tuve incon
veniente en creerle; pero, si hubiera sabido lo que yo, es seguro
que habría empleado palabras más duras.
Hay algo de lo que estoy satisfecho, sin embargo: que
todas las cajas que llegaron a Whitby de Varna, en el Demetrio,
estaban depositadas en la vieja capilla de Carfax. Debía haber
allí cincuenta, a menos que hubieran retirado ya alguna..., como
lo temía, basándome en el diario del doctor Seward.
Tengo que tratar de entrevistarme con el portador que se
llevaba las cajas de Carfax, cuando Renfield los atacó. Siguien
do esa pista, es posible que lleguemos a saber muchas cosas
importantes.
Más tarde. Mina y yo hemos trabajado durante todo el
día y hemos puesto en orden todos los papeles.
Del diario de Mina Harker
30 de septiembre. Estoy tan contenta que me es difícil
contenerme. Supongo que se trata de la reacción natural des
pués del horrible temor que tenía: de que ese terrible asunto y la
reapertura de sus antiguas heridas podrían actuar en detrimento
de Jonathan.
Lo vi salir hacia Whitby con un rostro tan animado como
era posible; pero me sentía enferma de aprensión. Sin embargo,
el esfuerzo le había sentado bien. Nunca había estado tan re
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