Page 270 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker


                  suelto, fuerte y con tanta energía volcánica, como ahora. Es
                  exacto lo que me dijo el excelente profesor van Helsing: es ver
                  daderamente resistente y mejora bajo tensiones que matarían a
                  una persona de naturaleza más débil. Ha regresado lleno de
                  vida, de esperanza y de determinación. Lo hemos ordenado todo
                  para esta noche. Me siento muy emocionada. Supongo que es
                  preciso tener lástima de alguien que es tan perseguido como el
                  conde. Solamente que... esa cosa no es humana... No es ni
                  siquiera una bestia. Leer el relato del doctor Seward sobre la
                  muerte de la pobre Lucy y todo lo que siguió, es suficiente para
                  ahogar todos los sentimientos de conmiseración.
                         Más tarde. Lord Godalming y el señor Morris llegaron
                  más temprano de lo que los esperábamos. El doctor Seward
                  había salido a arreglar unos asuntos y se había hecho acompa
                  ñar por Jonathan; por consiguiente, tuve que recibirlos yo. Fue
                  para mí algo muy desagradable, debido a que me recordó todas
                  las esperanzas de la pobre Lucy, de hacía solamente unos me
                  ses. Naturalmente, habían oído a Lucy hablar de mí y parecía
                  que el doctor van Helsing había estado también "haciéndome
                  propaganda", como lo expresó el señor Morris. ¡Pobres amigos!
                  Ninguno de ellos sabe que estoy al corriente de todas las propo
                  siciones que le hicieron a Lucy. No sabían exactamente qué
                  decir o hacer, ya que ignoraban hasta que punto estaba yo al
                  corriente de todo; por consiguiente, tuvieron que hablar de trivia
                  lidades. Sin embargo, reflexioné profundamente y llegué a la
                  conclusión de que lo mejor que podía hacer era ponerlos al co
                  rriente de todo. Sabía, por el diario del doctor Seward, que ha
                  bían asistido a la muerte de la pobre Lucy..., a la muerte verda
                  dera..., y que no debía tener miedo de revelar un secreto antes
                  de tiempo. Por consiguiente, les dije de la mejor manera posible,
                  que había leído todos los documentos y diarios, y que mi esposo
                  y yo, después de mecanografiarlos, acabábamos de terminar de
                  ponerlos en orden. Les di una copia a cada uno de ellos, para
                  que pudieran leerlos en la biblioteca. Cuando lord Godalming
                  recibió la suya y la leyó cuidadosamente (era un legajo conside
                  rable de documentos), dijo:

                         —¿Ha escrito usted todo esto, señora Harker?
                         Asentí, y él agregó:
                         —No comprendo muy bien el fin de todo esto; pero son
                  todos ustedes tan buenos y amables y han estado trabajando de
                  manera tan enérgica y honrada, que lo único que puedo hacer
                  es aceptar todas sus ideas a ciegas y tratar de ayudarlos. Ya he



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