Page 301 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker


                  de que eso haya sido resuelto. Es posible que haya cosas que la
                  asustaran si las oyera, no obstante, ocultárselas sería peor que
                  revelárselas, si es que llega a sospechar que hay algo que no le
                  decimos. A partir de este momento, tendremos que ser para ella
                  como libros cerrados, por lo menos hasta el momento en que
                  podamos anunciarle que todo ha concluido y que la tierra ha sido
                  liberada de aquel monstruo de las tinieblas. Supongo que será
                  difícil guardar silencio, debido a la confianza que reina entre
                  nosotros, pero debo continuar en mi resolución y silenciar com
                  pletamente todo lo relativo a nuestros actos durante aquella
                  noche, negándome a hablar de lo que ha sucedido. Me acosté
                  sobre el diván, para no molestarla.
                         1 de octubre, más tarde. Supongo que es natural que
                  hayamos dormido todos hasta una hora avanzada, ya que el día
                  estaba ocupado en duros trabajos y la noche era pesada e in
                  somne. Incluso Mina debía haber sentido el cansancio, puesto
                  que, aunque dormí hasta que el sol estaba muy alto, desperté
                  antes que ella. En realidad, estaba tan profundamente dormida,
                  que durante unos segundos no me reconoció siquiera y me miró
                  con un profundo terror, como si hubiera sido despertada en me
                  dio de una terrible pesadilla. Se quejó un poco de estar cansada
                  y la dejé reposar hasta una hora más avanzada del día. Sabía
                  mos ahora que veintiún cajas habían sido retiradas, y en el caso
                  de que fueran llevadas varias a la vez, era posible que pudiéra
                  mos encontrarlas. Por supuesto, ello simplificaría considerable
                  mente nuestro trabajo y cuanto antes solventáramos ese asunto,
                  tanto mejor sería. Tenía que ir a ver a Thomas Snelling.
                                  Del diario del doctor Seward

                         1 de octubre. Era casi mediodía cuando fui despertado
                  por el profesor, que entró en mi habitación. Estaba más alegre y
                  amable que de costumbre, y es evidente que el trabajo de la
                  noche anterior había servido para aligerar parte del peso que
                  tenía en la mente. Después de hablar de la aventura de la noche
                  anterior, dijo repentinamente:
                         —Su paciente me interesa mucho. ¿Es posible que lo vi
                  site con usted esta mañana? O, en el caso de que esté usted
                  muy ocupado, puedo ir solo a verlo, si usted me lo permite. Es
                  una experiencia nueva para mí encontrar a un lunático que habla
                  de filosofía y discurre de manera tan cuerda.






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