Page 361 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
que sólo él conoce ahora el lugar en donde se encuentran. Es
posible que haya pensado en enterrar las cajas profundamente
en el suelo de tal manera que solamente las utilice durante la
noche o en los momentos en que puede cambiar de forma; le
resulta igualmente conveniente, ¡y nadie puede saber donde se
encuentran sus escondrijos! ¡Pero no se desesperen, amigos
míos, adquirió ese conocimiento demasiado tarde! Todos los
escondrijos, excepto uno, deben haber sido esterilizados ya, y
antes de la puesta del sol lo estarán todos. Entonces, no le que
dará ningún lugar donde poder esconderse. Me retrasé esta
mañana para estar seguro de ello. ¿No ponemos en juego noso
tros algo mucho más preciado que él? Entonces, ¿por qué no
somos más cuidadosos que él? En mi reloj veo que es ya la una
y, si todo marcha bien, nuestros amigos Arthur y Quincey deben
estar ya en camino para reunirse con nosotros. Hoy es nuestro
día y debemos avanzar con seguridad, aunque lentamente y
aprovechando todas las oportunidades que se nos presenten.
¡Vean! Seremos cinco cuando regresen nuestros dos amigos
ausentes.
Mientras hablábamos, nos sorprendimos mucho al escu
char una llamada en la puerta principal de la casona: la doble
llamada del repartidor de mensajes telegráficos.
Todos salimos al vestíbulo al mismo tiempo, y van Hel
sing, levantando la mano hacia nosotros para que guardáramos
silencio, se dirigió hacia la puerta y la abrió. Un joven le tendió
un telegrama. El profesor volvió a cerrar la puerta y, después de
examinar la dirección, lo abrió y leyó en voz alta: "Cuidado con
D. Acaba de salir apresuradamente de Carfax en este momento,
a las doce cuarenta y cinco, y se ha dirigido rápidamente hacia
el sur. Parece que está haciendo una ronda y es posible que
desee verlos a ustedes. Mina."
Se produjo una pausa, que fue rota por la voz de Jonat
han Harker.
—¡Ahora, gracias a Dios, pronto vamos a encontrarnos!
Van Helsing se volvió rápidamente hacia él, y le dijo:
—Dios actuará a su modo y en el momento que lo esti
me conveniente. No tema ni se alegre todavía, puesto que lo que
deseamos en este momento puede significar nuestra destruc
ción.
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