Page 362 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
—Ahora no me preocupa nada —dijo calurosamente—,
excepto el borrar a esa bestia de la faz de la tierra. ¡Sería capaz
de vender mi alma por lograrlo!
—¡No diga usted eso, amigo mío! —dijo van Helsing—.
Dios en su sabiduría no compra almas, y el diablo, aunque pue
de comprarlas, no cumple su palabra. Pero Dios es misericordio
so y justo, y conoce su dolor y su devoción hacia la maravillosa
señora Mina, su esposa. No temamos ninguno de nosotros; to
dos estamos dedicados a esta causa, y el día de hoy verá su
feliz término. Llega el momento de entrar en acción; hoy, ese
vampiro se encuentra limitado con los poderes humanos y, hasta
la puesta del sol, no puede cambiar. Tardará cierto tiempo en
llegar... Es la una y veinte..., y deberá pasar un buen rato antes
de que llegue. Lo que debemos esperar ahora es que lord Arthur
y Quincey lleguen antes que él.
Aproximadamente media hora después de que recibié
ramos el telegrama de la señora Harker, oímos un golpe fuerte y
resuelto en la puerta principal, similar al que darían cientos de
caballeros en cualquier puerta. Nos miramos y nos dirigimos
hacia el vestíbulo; todos estábamos preparados para usar todas
las armas de que disponíamos..., las espirituales en la mano
izquierda y las materiales en la derecha. Van Helsing retiró el
pestillo y, manteniendo la puerta entornada, dio un paso hacia
atrás, con las dos manos dispuestas para entrar en acción. La
alegría de nuestros corazones debió reflejarse claramente en
nuestros rostros cuando vimos cerca de la puerta a lord Godal
ming y a Quincey Morris. Entraron rápidamente, y cerraron la
puerta tras ellos, y el último de ellos dijo, al tiempo que avanzá
bamos todos por el vestíbulo:
—Todo está arreglado. Hemos encontrado las dos ca
sas. ¡Había seis cajas en cada una de ellas, y las hemos des
truido todas!
—¿Las han destruido? —inquirió el profesor.
—¡Para él!
Guardamos silencio unos momentos y, luego, Quincey
dijo:
—No nos queda más que esperar aquí. Sin embargo, si
no llega antes de las cinco de la tarde, tendremos que irnos,
puesto que no podemos dejar sola a la señora Harker después
de la puesta del sol.
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