Page 374 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker


                  caza. Nuestro viejo zorro es astuto, muy astuto, y debemos darle
                  caza con ingenio. Yo también soy astuto y voy a pensar en él
                  dentro de poco. Mientras tanto, vamos a descansar en paz,
                  puesto que hay aguas entre nosotros que a él no le agrada cru
                  zar y que no podría hacerlo aunque quisiera... A menos que el
                  barco atracara y, en ese caso, solamente podría hacerlo durante
                  la pleamar o la bajamar.
                         Además, el sol ha salido y todo el día nos pertenece,
                  hasta la puesta del sol. Vamos a bañarnos y a vestirnos. Luego,
                  nos desayunaremos, ya que a todos nos hace buena falta.
                         Además, podremos comer con tranquilidad, puesto que
                  el monstruo no se encuentra en la misma tierra que nosotros.
                         Mina lo miró suplicantemente, al tiempo que preguntaba:
                         —Pero, ¿por qué necesitan ustedes seguir buscándolo,
                  si se ha alejado de nosotros?

                         El profesor le tomó la mano y le dio unas palmaditas al
                  tiempo que respondía:
                         —No me pregunte nada al respecto por el momento.
                  Después del desayuno responderé a sus preguntas.
                         No aceptó decir nada más, y nos separamos todos para
                  vestirnos.
                         Después del desayuno, Mina repitió su pregunta. El pro
                  fesor la miró gravemente durante un minuto, y luego respondió
                  en tono muytriste:

                         —Porque, mi querida señora Mina, ahora más que nun
                  ca debemos encontrarlo, ¡aunque tengamos que seguirlo hasta
                  los mismos infiernos!
                         Mina se puso más pálida, al tiempo que preguntaba:
                         —¿Por qué?
                         —Porque —respondió van Helsing solemnemente—
                  puede vivir durante varios siglos, y usted es solamente una mu
                  jer mortal. Debemos temer ahora al tiempo..., puesto que ya le
                  dejó esa marca en la garganta.

                  Apenas tuve tiempo de recogerla en mis brazos, cuando cayó
                  hacia adelante, desmayada.






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